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Para la educación concertada el cerco se estrecha; el totalitarismo educativo se va imponiendo paso a paso al precio de la libertad de los padres
Joaquín Díaz Atienza
Me manda un amigo el enlace a un medio de comunicación en donde se describe la incertidumbre con la que se desarrolla la actividad educativa concertada en Andalucía. He realizado un barrido en Internet y en la Consejería de Educación de Andalucía con la finalidad de contrastar su información.
Me he quedado sorprendido. No podía imaginarme hasta donde penetra la ideologización que emana de los partidos políticos en la enseñanza. Es de vergüenza para cualquier persona que crea en la democracia y, por ende, acepte con espíritu abierto la pluralidad existente en nuestra sociedad.Parece que los partidos políticos no se enteran de esa pluralidad, a pesar de quedar plenamente reflejada en el parlamento.
Todos los partidos políticos sin excepción desean inculcar sus idearios en las mentes de nuestros hijos/as. Consideran a la educación el mejor instrumento para permanecer en el poder e imponernos su visión de la sociedad y de los valores. De aquí que tengamos que ser vigilantes con cada decisión que se toma en el ámbito educativo. El dilema no es minúsculo, sino de una importancia fundamental para nuestro futuro. Diré por qué.
- Nuestra sociedad es plural. Por tanto, todo sistema que intente imponer una visión partidaria, sea laicista o religiosa, peca de totalitarismo.
- Si la sociedad es plural, el Estado tiene la obligación de dar una respuesta justa. Esto significa que la libertad de enseñanza debe ser el eje vertebral sobre el que construir el sistema educativo.
- El Estado debe ser el garante de que los DDHH y la Constitución se cumplan, independientemente de los maniqueísmos de cada partido político o de cada credo religioso.
La eterna incertidumbre de la enseñanza concertada.
Nos jugamos el binomio libertad frente a partidismo totalitario, aunque posicionarse a favor de la libertad no deja de ser igualmente una doctrina, tanto como el que se posiciona a favor de los valores de un determinado partido político. Sin embargo, la libertad respeta la pluralidad, en tanto que lo que se pretende desde la pública es inculcarnos el totalitarismo que conlleva el pensamiento único, sea de partido o por una agenda global. Precisamente aquí radica la incertidumbre de la educación concertada y de la privada. Los defensores de la libertad están por la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. Los que están por el totalitarismo, sólo admiten la enseñanza pública, la única que pueden dirigir a su antojo.
Con el argumento demagógico de defender la enseñanza pública de calidad, lo que se pretende es uniformar la educación, someterla a los intereses partidistas y eliminar ese gran muro con el que se enfrentan sus intereses y que se llama libertad de los padres a elegir la educación de sus hijos.
La idea de cargarse la educación concertada no es nueva. Es la recurrente y oportunista espada de Damocles que se blande amenazante sobre la educación que no controla el partido de turno.
Con la crisis que comienza en 2008 y los problemas derivados de los recortes en 2012, el consejero de Educación y el propio presidente de la Junta de Andalucía, amenazó con reducir los conciertos, utilizándose por el consejero, Sr. Álvarez de la Chica, la típica frase demagógica que “antes de despedir a un profesor de matemáticas, despediría a uno de religión”. No pueden ocultar el odio que tienen a la libertad de enseñanza y a la Iglesia Católica.. Si pudieran, hoy mismo terminaría el concierto, importándole un bledo los padres, los alumnos y el hecho de que una plaza en la concertada nos cueste, a los que pagamos impuestos, la mitad que una plaza en la pública. Tampoco les importa que los padres prefieran la concertada a la pública. En vez de hacer una autocrítica y mejorar el sistema público, amenazan con cerrar unidades en la concertada para poder mantener las unidades en la pública.
Cuando en Ministerio impuso como medida de ahorro, el incrementar la ratio de alumnos por aula, la Consejería de Educación se opuso y el mismísimo presidente de la Junta de Andalucía, el Sr. Griñán, dijo que esto significaba un deterioro de la calidad.
Antes el argumento de los recortes, ahora la pérdida de población infantil. Antes el Sr. Grinán, ahora Susana Díaz. Da igual, porque lo fundamental es cargarse la libertad de enseñanza. Podrían aprovechar esta oportunidad demográfica para mejorar las ratios que, según el Sr. Griñán, mejoraría la calidad, y no amenazar con el cierre de unidades en la concertada que conduce inevitablemente a un empeoramiento de la calidad, a un incremento económico considerable y a un incumplimiento de la Constitución y de los DDHH.
Pero esto, señores, no ha hecho más que empezar. En todas las Comunidades Autónomas en donde gobierna el PSOE – Ciudadanos (Andalucía) o la coalición PSOE-Podemos (Valencia y Castilla la Mancha) o PSOE-Podemos-Ciudadanos (Murcia) se están tomado medidas en este sentido. Tampoco se libra el PP, a pesar de que en su programa se declara defensor de la continuidad de los conciertos. (VEASE AQUÍ)
Si se echa un vistazo por Comunidades Autónomas, sólo parecen tener cerebro en el País Vasco, la Comunidad Navarra (la concertada casi es el 50%) y Galicia.
