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Joaquín Díaz Atienza
Describo a continuación un nuevo secundarismo del metilfenidato en cuatro niños en tratamiento con este psicoestimulante y que puede ser motivo de un empeoramiento de su déficit de atención en las circunstancia que se describen en este post.
Se trata de la presentación de movimientos estereotipados manuales cuyas circunstancias ambientales de presentación y descripción son como siguen:
Si durante la consulta se le deja de prestar atención (por ejemplo, porque estemos hablando con los padres), se produce unensimismamiento con evidente desconexión ambientalcomenzando primero a acariciarse los dedos y, posteriormente, a darse pequeños pellizcos en los mismos, o bien a observalos detenidamente al mismo tiempo que se los toca como si presenciara algo en ellos que les sorprende. Esta actividad dura mientras no se le llama la atención, volviendo a la normalidad en su interacción con el medio una vez que se hace. Los movimientos anormales pueden presentarse durante la consulta tantas veces como no se le presente atención. Su presentación también puede darse en el aula, así como en casa.
Otro aspecto importante es que este ensimismamiento es dosis dependiente: su intensidad es mayor cuanto mayor es la cantidad prescrita de metilfenidato. En los casos que yo he presenciado, sólo en uno de ellos fue necesario retirar la medicación, en los otros tres se mantiene, aunque a dosis por debajo de la recomendada para su peso.
PERFIL DE PACIENTE
En los cuatro casos confluye el antecedente de una trastorno del desarrollo del lenguaje con dificultades en la comprensión y producción/pronunciación que se ha resuelto satisfactoriamente y que han derivado en un cuadro de hiperactividad con déficit de atención. Todos ellos presentan un Coeficiente Intelectual normal.
Dos niños han ido desarrollando algunos síntomas propios del Síndrome de Asperger. En concreto, una cierta alteración de la prosodia, literalidad en la interpretación del lenguaje. Igualmente, estos dos chicos presentan un interés excesivo por algunos temas: uno de ellos por los trenes y otro por la cultura del antiguo egipcio.
Por tanto, parece que los niños con antecedentes de retraso disfásico del lenguaje son especialmente vulnerables y, especialmente, en aquellos con algunos de los síntomas de síndrome de Asperger, aunque no reúnan todos los criterios clínicos para emitir el diagnóstico.
Finalmente, si alguien ha presenciado este mismo secundarismo, me gustaría contactar con él/ella.