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La ansiedad de separación ante el inicio del colegio, puede ser normal
Este mes de septiembre muchos niños iniciarán el colegio por primera vez. Los padres han ido preparando el momento, animándoles para que superen sus miedos. No todos los niños reaccionarán de la misma forma: unos llorarán amargamente ante la pena e inquietud de los padres y las palabras de los profesores restándole importancia. Otros, por el contrario, se comportarán como si fuera algo habitual para ellos, se adaptan rápidamente y se separan de los padres sin ningún tipo de problema.
Hablamos de ansiedad de separación.
¿Qué es la ansiedad de separación?
De modo sencillo. Enpezaré diciendo que la ansiedad de separación es normal en cualquier niño, aunque dependiendo de su su temperamento y nivel de inseguridad se va a manifestar con mayor o menor fuerza. Consiste en la presentación de síntomas emocionales (llanto y rabietas) y conductuales (negativismo, rechazo a quedarse solo) cuando se le deja en el colegio.
La intensidad con la que expresan estos síntomas dependerá fundamentalmente de varias circunstancias:
- Tipo de apego del niño: cuanto más inseguro es el apego, mayor será la severidad de los síntomas y se prolongarán más tiempo.
- La ansiedad de los padres. Si a un apego inseguro, se asocia que la figura de apego es ansiosa, mayores serán las dificultades para resolver la situación.
Normalmente, podemos encontrarnos con niños con miedo a que les pueda suceder algo en ausencia de los padres ,o bien que a los padres les pueda suceder algo malo mientras ellos está ausentes. Esta última eventualidad es la más frecuente en madres/padres ansiosos, que han facilitado poco la autonomía e independencia de sus hijos.
¿Cómo evoluciona?
Lo habitual es que dure desde un día a una semana. Si la situación se complica, no solo durará más tiempo, sino que los síntomas serán más intensos y variados: vómitos, insomnio, irritabilidad, llantos frecuentes en casa, incluso puede aparecer síntomas físicos funcionales como cefaleas, fiebre, pérdidad del control de esfínteres previamente adquirido etc.. Cuando aparece esta complicación, hablamos de fobia escolar.
¿Cómo debemos actuar?
Lo primero que debemos hacer es tranquilizar a nuestro hijo. Debemos ir anticipándole lo que sucederá en su primer día de clase, eliminando cualquier mensaje que pueda generarle inseguridad. Por el contrario, le daremos mensajes tranquilizadores, de su gran oportunidad para hacerse de nuevos amigos, de la gran variedad de juegos que van a realizar, de lo bueno o buena que es la «seño», que si quiere hacer pipi o quiere cualquier cosa que no se preocupe y se lo diga a la «seño» que ella se lo va a dar porque «es amiga» y, por supuesto, que apenas termine ellos estarán allí para recogerlo.
Aunque lo habitual es que, al menos durante los primeros días, no «quiera escucharnos» y se empecine en que no quiere ir al colegio. Es esta situación, nosotros debemos permanecer tranquilos y firmes. Muchas de las complicaciones se presentan porque, ante las manifestaciones de ansiedad de nuestro hijo, solemos dar marcha atrás y no dejarlo en el colegio ¡para que no sufra!, ¡porque es muy pequeño! etc.
Para que tengamos éxito con más facilidad, la ayuda de la/ el profesor es importantísima. Debe ayudarnos a facilitar rápidamente la separación y darles mensajes tranquilizadores y «personalizando» lo más posible la acogida.
Si la situación se resuelve en unas dos semanas como máximo, se trata de una ansiedad de separación normal, propia del desarrollo emocional infantil y no tenemos porqué preocuparnos. Por tanto, ¡¡suerte a lo padres y faciliten el comienzo de la vida social de su hijo!!. Hay que ayudarle a superar sus miedos, a que sepan afrontarlos con éxito y el colegio es la GRAN OPORTUNIDAD.
Espero que esta pequeña aclaración sea suficiente para aquellos padres que tenga que confrontarse a esta situación que tanto preocupa a algunos de ellos.