La utilización política del acoso escolar: promesas a la carta, promesas incumplidas

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La solución del acoso escolar obliga a toda la Comunidad Escolar y la Familia

Hay que diferenciar el acoso escolar de las desavenencias normales entre iguales. No todas las agresiones que se producen en el colegio son acoso. A veces es acoso determinados comportamientos silenciosos, invisibles que el acosado sufre en silencio y en otras el acosador se presenta como acosado.

Esto no deja de ser una reflexión personal, tan subjetiva u objetiva como ustedes quieran adjudicarle. Fui niño y adolescente y pasé por la escuela. He trabajado como  psiquiatra infantil desde que comencé mi vida laboral  hasta la jubilación, soy presidente y fundador de la asociación Jóvenes Solidarios los Millares y creé varias asociaciones infanto-juveniles: TDAH-Almería, Asperger -Almería y  participe en la creación de otras desde su inicio. Por tanto, creo que no peco de inmodestia si afirmo que conozco bastante bien la convivencia entre niños y adolescentes y sus percances.

Según mi opinión hay varios escenarios en los que se puede producir la situación de acoso escolar. Pero antes, hagamos una pequeña descripción de lo que considero desencuentros normales.

  1. Conflictos “normales” entre iguales.

Decimos que cada niño es “hijo de su padre y de su madre”. Podríamos traducirlo como que cada niño presenta sus propias características temperamentales que lo hacen más o menos sociable. Alumnos más o menos autoritarios, más o menos tolerantes, más o menos introvertidos, más o menos dependientes/independientes, más o menos impulsivos, más o menos inquietos, con más o menos habilidades intelectuales y/o físicas. Y es desde este contraste de formas de ser, de donde surge el crisol sobre el que saldrá  el grupo.

Tenemos a aquellos que intentan imponerse desde el principio, dando lugar a interacciones conflictivas y a alianzas internas para contrarrestarlo. La mayoría de las veces se llega a un equilibrio y en otras habrá discusiones, agresiones  de más o menos importancia, pero que no podemos catalogar de comportamientos excluyentes ni de acoso. Son, simplemente, los reajustes de un tipo de dinámica de construcción grupal que, si bien no es el más sano, sí es uno más. Son grupos de iguales con un liderazgo autoritario en donde las decisiones las toma solamente el líder, impone sus propios valores y los demás obedecen. Este tipo de grupo suele ser el más problemático para la convivencia.

Hay otros grupos de iguales que se constituyen a través de un líder carismático, “magnético”, que atrae sin necesidad de imponerse, ni siquiera demandarlo. Los demás le admiran y le siguen de forma armoniosa. Su autoridad les envuelve y anula. No suele presentar conflictos porque la pertenencia al mismo suele ser voluntaria y vivirse como un privilegio. Predominan los valores del líder, aunque no los impone.

Por último, aunque hay otras muchas modalidades, está el grupo que se forma a través del líder democrático. Suele ser un compañero que cuenta con los demás, tomas decisiones por consenso y, siempre busca el equilibrio. Igualmente, como sucede con el carismático, tampoco es un grupo especialmente conflictivo.

Cualquiera de los grupos tiene sus propias normas informales para incluir a los nuevos miembros, siendo esta una de las causas de exclusión, incluso marginación, hacia algunos compañeros. Como se entiende fácilmente, el rechazo siempre es motivo de sufrimiento para el excluido y éste sabrá o no resolver la situación dependiendo de sus propias habilidades socioemocionales y adaptativas.

En las situaciones que hemos descrito puede haber conflictos más o menos importantes, discusiones, incluso agresiones, que finalmente terminan por resolverse, sin apenas transcendencia.

  1. 2. Algunos perfiles del acosador.

Teniendo en cuenta que el post no puede extenderse excesivamente, voy a describir gráficamente los escenarios más frecuentes sobre los que puede surgir la situación de acoso.

– El tirano de patio. Normalmente presenta un perfil autoritario y agresivo, Se rodea de otros alumnos bastante dependientes y timoratos, a los que utiliza en sus acciones de acoso. El perfil psicológico del tirano, la mayoría de la veces, se caracteriza por ser una persona poco empáitica con los compañeros, sobre los que intenta imponer su criterio y ponerlos a su servicio. Se dedican a amenazar, agredir o, simplemente, a hacerle la vida insoportable durante los recreos al que eligen como chivo expiatorio. Nos podemos encontrar con tiranos que al mismo tiempo presentan un fracaso escolar o, por el contrario,  un buen expediente académico. Estos son los más peligrosos porque son más difíciles de detectar, incluso en ocasiones los mismos profesores no dan crédito cuando se les descubre. Contrariamente a lo que sucede con el que presenta el fracaso escolar, suelen ser modélicos con los profesores.

– El celoso y acaparador. Son alumnos con grandes problemas de autoestima e inseguridad. Temen compartir amistades porque desconfían de los demás y temen perderlas. Sus recelos  dan lugar al acoso sobre cualquier compañero que intente relacionarse con la persona que el considera su amigo al que procura aislar del resto. Suele darse con más frecuencia en alumnas que alumnos.

– El vengador. Son aquellos que con anterioridad han sido víctimas de acoso y ahora repiten los mismos comportamientos hacia los compañeros más débiles e indefensos. Suelen darse, tanto en alumnos como alumnas. 

  1. Alumnos vulnerables

Alumnos dóciles. Son víctimas potenciales. Especialmente cuando presentan un buen rendimiento académico o por cualquier otro mérito que los haga destacar. Intentarán “homologarlo” con el resto a través del insulto, la descalificación  y de la marginación. El éxito del acoso dependerá de las habilidades de afrontamiento por parte del acosado y de la red de apoyo entre los compañeros  con la que cuente.

Alumnos con problemas de socialización y comunicación. Alumnos con Síndrome de Asperger, autismo de alto rendimiento y trastorno de la comunicación social pragmático. Son la diana preferida de los tiranos de patio, se ríen de ellos, les gastan bromas pesadas de forma cruel, incluso les agreden físicamente. Aprovechan sus dificultades para entender los códigos sociales, para mofarse y exponerlos a las risas de los demás.

Alumnos con necesidades educativas especiales, incluyendo el retraso mental. Se ríen de ellos, los ponen en situaciones embarazosas para mofarse públicamente. Son excluidos del grupo casi sistemáticamente.

– Alumnos con TDAH. Son alumnos entrometidos, impulsivos e inquietos que suelen distorsionar bastante las actividades. Por ello, son frecuentemente excluidos de la actividades cooperativas, aunque bien aceptados en las actividades deportivas, siempre que el TDAH no venga asociado a la torpeza motora (coordinación).

Alumnos con problemas de identidad sexual. Suelen mofarse de aquellos que presentan conductas afeminadas especialmente, aunque también cuando declaran, o se descubre su homosexualidad. Los insultan, sufren vejaciones y suelen ser excluidos de la mayoría de las actividades.

  1. Algunas soluciones.

Lo primero que debemos tener in mente es que las situaciones de acoso pueden darse en cualquier ambiente escolar. No entiende de clases sociales, ni de la educación recibida, o de estatus socioeconómico.

– Desde el principio de curso se deben tener localizados a los alumnos en riesgo con la finalidad de que sean el objetivo de cualquier medida preventiva. También deberíamos localizar a aquellos alumnos proclives a realizar conductas de acoso. Estos alumnos suelen comenzar con comportamientos aislados y poco significativos. Son conductas de tanteo, hasta que localizan a la posible víctima.

– En la lucha contra el acoso escolar deben implicarse todos los profesores y los alumnos y algo que es muy importante, ante la más mínima situación sospechosa, no minimizar la importancia de lo que sucede, sino implementar medidas de tolerancia cero.

– Cuando el acoso se establece a través de las redes sociales entre alumnos de un mismo centro, no exime de responsabilidad al centro, debiendo hacerlo público y actuar de inmediato.

– Se debe tener muy claro que las medidas disciplinarias deben caer siempre sobre el que acosa y no sobre el acosado, como suele suceder con frecuencia. Es decir, las expulsiones temporales o definitivas serán aplicadas sobre el acosador.



ACERCA DE QUINO

Licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la U. de Granada Psiquiatra por la U. Pierre et Marie Curie - Paris; Psiquiatra Infanto-juvenil por la U. Pierre et Marie Curie - Paris; Master en Bioética; Master en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva; Diplomado en Metodología de Investigación y Epidemiología (EASP- U. de Granada)

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