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Si se pide respeto, tolerancia y aceptación, seamos serios: no hay niños con vulva ni niñas con pene
Joaquín Díaz Atienza
Esta podría ser la pregunta que podría hacerle su hijo o su hija ante el cartel que se ha expuesto en el País Vasco y en Navarra. Si le contesta afirmativamente, no le dice la verdad y se le contesta negativamente, posiblemente le pregunte el por qué dice eso el cartel.
No existen niños con vulva ni niñas con pene. Esta afirmación es confundir a los padres y, lo que más me molesta, a los niños y niñas que se les de ese mensaje.
Existen niños que se siente y se viven profundamente como niñas y niñas (las menos) que se siente y viven como niños. No se nace siendo niña con pene, ni se nace siendo niño con vulva. Por tanto, estamos ante una perversión del lenguaje que no es inocente y que induce a confusión, cuando no a la risa o a la pena, entre las personas en general.
¿No sería más real decirle a nuestros hijos que existen niños, adolescentes y adultos en los que no coinciden su sexo con su identidad sexual?; ¿que esos niños/as adolescentes o adultos merecen nuestro respeto y que no podemos mofarnos, rechazarlos o acosarlos, sino aceptarlos tal como son?.
Como médico y como psiquiatra infantil me preocupa seriamente la frivolidad con la que se está abordando la disforia de género. Igual estoy equivocado, pero la manipulación política, ideológica, incluso pseudomédica que se está haciendo de un asunto tan trascendente para el futuro de los niños y adolescentes que presentan este problema, me produce un gran malestar y preocupación.
En mi consulta me he enfrentado a mucho sufrimiento sobre el que, según he podido, he intentado aliviar. He escuchado con una actitud empática, he intentado que mis pacientes tomen el camino más apropiado. Siempre respetando sus decisiones, una vez que han recibido toda la información necesaria.
Pero súbitamente hemos entrado en un cachondeo, en una frivolidad social, en una simplicidad tan grave que tengo miedo por el futuro de estos niños/as. Es una gran irresponsabilidad dejarse llevar por consignas políticamente correctas y cargadas de ideología cuando lo que nos jugamos es el futuro de las personas. Nuestros gobernantes tienen esa responsabilidad.
Mienten, manipularan los datos para imponer una visión errónea de la realidad. La biología no se inventa, es la que es. La psicología individual es el resultado de la interacción de la biología con el medio ambiente, con la educación; en definitiva con la cultura en la que nacemos y crecemos. Debemos rechazar lo biologicismos porque se muestran tan perniciosos como los culturalismos. Somos el resultado de ambos. Por ello, la educación de nuestros hijos debe sustentarse en la verdad, tal como hoy la conocemos, aunque sabiendo evolucionar en base a los nuevos conocimientos que tanto las ciencias biológicas, como las ciencias sociales nos van proporcionando. Tomar partido sólo por una de ellas es pura ideología que se traduce, personal y socialmente, en confusión, desconcierto, pérdida del sentido de la realidad con la que crecerán nuestros hijos e hijas y con los resultados sobre la personalidad que no es necesario explicar.
Por ello, padres, que no os manipulen emocionalmente con el mensaje de que los niños y niñas transexuales sufren psicológicamente, se suicidan, sufren acoso, son rechazados, ALGO QUE ES CIERTO. PERO QUE LA ÚNICA SOLUCIÓN NO ES ACEPTAR LO QUE CIENTÍFICAMENTE NO SE SOSTIENE. ESO VA CONTRA LA NATURALEZA Y SE COBRARÁ SU PRECIO. HAY QUE EDUCAR A NUESTROS HIJOS EN EL RESPETO, EN LA TOLERANCIA, AUNQUE TAMBIÉN EN LA VERDAD, ESA VERDAD QUE ES EL RESULTADO DE LA INTERACCIÓN ENTRE BIOLOGÍA Y CULTURA. LO DEMÁS ES IDEOLOGÍA. LA HISTORIA ESTÁ SALPICADA DE CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD, JUSTAMENTE PORQUE SE HA QUERIDO SOMETER AL SER HUMANO A IDEOLOGÍAS CONTRANATURA.