Apego y desarrollo socioemocional

Grupo de Padres: Relación de apego y desarrollo socioemocional en la infancia

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Desde mi nacimiento, me encontré seguro y mis padres supieron, a pesar de mis miedos y de los suyos, favorecer mi independencia

Todos los animales, especialmente los mamíferos, establecen desde el nacimiento una relación especial con los adultos cuidadores primarios. Inicialmente con la figura más próxima y progresivamente con las otras figuras del entrono inmediato. Es lo que llamamos apego. ¿Pero cómo definir el apego?: El apego es un lazo afectivo fuerte y duradero que el niño establece con la figura de apego que no siempre tiene porqué ser la madre, aunque en la familia clásica, al ser la madre la figura parental que desde el nacimiento proporciona los cuidados, es habitual que sea ella la figura de apego primaria  . Este vínculo puede durar toda la vida o no. Lo cierto es que la calidad del desarrollo social, emocional y el sentimiento de seguridad personal van a depender de la calidad del apego. Una gran cantidad de estudios experimentales han puesto en evidencia que las conductas exploratorias del niño y la seguridad con las que las lleva a término dependerán del tipo de apego que se haya establecido.

Evolución histórica del concepto de apego

El primer investigador que se interesa en el estudio del apego en la infancia fue Bowlby a raíz de su observaciones de la conducta en adolescentes que se encontraban en centros de reforma . El 40% de ellos presentaban antecedentes de importantes desajustes y separaciones de las figuras de apago entre los 6 meses y los cinco años de edad.  Estas observaciones le sirvieron para describir los que él denomino como “Personalidad exenta de ternura”. Este tipo de personalidad se dio en el 70% de los adolescentes que presentaron los antecedentes de separación y se caracterizaba por ser sociables, despegados emocionalmente de los compañeros y de los cuidadores, indiferentes, fríos emocionalmente y poco reactivos al castigo.

  • Desarrollo del apego según Bowlby

Describe varias etapas con algunas características muy importantes respecto a las posibles consecuencias sobre el niño si se producen alteraciones significativas en el apego. Hoy sabemos, aunque no lo abordaremos en este post, que la relación emocional ya comienza antes del nacimiento.

Fase de preapego: Es la que se establece antes de los dos meses, En ella el lactante no va a presentar conductas diferenciadas respecto a los adultos cuidadores.

Fase de apego en construcción: Se va construyendo desde los 2 a los siete meses. El lactante comienza a distinguir entre fines y medios, comienza a diferenciar selectivamente a las personas. Al final de esta etapa es cuando aparece la ansiedad ante la presencia de las personas no familiares o extrañas. Sin embargo, aún se puede producir la separación de la figura de apego sin consecuencias graves para el desarrollo emocional.

Fase de apego: Se establece a partir de los siete meses de edad. Algo muy importante, es que la separación no es posible sin que el lactante experimente miedos y alteraciones de su estado de ánimo mientras dure la separación. Ya distingue a la figura de apego como una totalidad específica (madre o padre…) de otras figuras de apego secundarias.

Pertenencia ajustada: Esta etapa, que continuará durante toda la infancia, es crucial para la educación y desarrollo socioemocional de nuestros hijos. El niño intenta influir en las figuras de apego al mismo tiempo que los padres deben actuar conforme al temperamento de su hijo y en la línea de favorecer una buena maduración emocional. En este proceso de interacción y ajustes, como es lógico, también van ser determinantes las características de personalidad y emocionales de los padres

  • Desarrollo del apego según M. Ainsworth

Esta investigadora diseña una situación experimental para estudiar las reacciones de los niños según la presentación de determinadas situaciones (presencia/ausencia) respecto a la figura de apego. Es el Test de la Situación Extraña. De esta forma describe varios tipos de apego:

Apego seguro: En este caso el niño protesta sólo ante la ausencia de la figura de apego, cuando vuelve la recibe con alivio, mantiene conductas exploratorias en el medio en presencia de la figura de apego, y establece una buena relación con los extraños. Cuando vuelve la figura de apego a la escena, se tranquiliza rápidamente.

Apego ansioso – evitante: El niño se ve poco afectado por la separación de la figura de apego, da la impresión de no necesitar que se le tranquilice y de ser independiente, explora sin dificultada en ausencia de la figura de apego, presenta un contacto fácil con los extraños y da la impresión de ignorar a la figura de apego cuando vuelve a la escena.

Apego ansioso – resistente o ambivalente:  Se muestra perturbado por la situación experimental, indistintamente de la presencia o ausencia de la figura de apego; cuando ésta se ausenta, experimenta una gran angustia y agitación; cuando vuelve, se muestra ambivalente respecto a las conductas de la figura de apego para tranquilizarlo (se adhiere y rechaza a la figura de apego, no termina de tranquilizarse). Es como si se negara a ser tranquilizado, como si “castigara” a la figura de apego.

Por supuesto, el tipo de apego deseado sería el apego seguro. Sin embargo, no es el más frecuente, ni depende de la figura de apego el establecerlo. Aquí entran variables pertenecientes a la figura de apego y al propio temperamento del niño. Precisamente, porque conocemos cuales pueden ser los problemas derivados de un apego no seguro, es por lo que es sumamente útil los grupos de padres. En ellos, se deben adquirir las habilidades necesarias para manejar las diferentes situaciones que se van presentado a lo largo del proceso educativo socioemocional de nuestros hijos. Deseamos que sean seguros y no temerosos, que sepan auto-regular sus emociones, que sean empáticos, que sepan relacionarse exitosamente con sus iguales. Gran parte de estos objetivos se consiguen a través del conocimiento que tenemos de nosotros mismos, de las características temperamentales de nuestros hijos y cómo manejar las dificultades del apego que se vayan detectando.

Alteraciones conductuales que se ha relacionado con problemas del apego

  • Presentación de conductas pos predecibles.
  • Dificultades en habilidades sociales.
  • Conductas agresivas.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Miedos, ansiedad, ansiedad de separación.
  • Síntomas disociativos.
  • Falta de empatía.
  • Dificultad en la regulación emocional.
  • Problemas con la alimentación (Failure to drive)

TAREAS PARA EL GRUPO DE PADRES: Una vez se expongan estos aspectos generales sobre el apego, se establecerá un diálogo entre los asistentes para analizar las problemáticas específicas y cómo establecer las medidas correspondientes para mejorar situaciones.

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