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La maternidad subrogada un debate social necesario por sus implicaciones bioéticas: el derecho superior del menor, la posible esclavitud de la mujer y la injusticia social
He leído reflexivamente el “Informe del Comité de Bioética de España sobre los Aspectos Éticos y Jurídicos de la Maternidad Subrogada“. He procurado despojarme de mis creencias y adscripción ideológica – en la medida de lo humanamente posible- con la finalidad de impregnarme de todos su planteamientos como tabula rasa, como tierra de balbecho que facilite obtener el mejor fruto de su lectura .
En este post sólo me limitaré a exponer las repercusiones que origina la maternidad subrogada sobre el bien supremo del menor, porque es lo que fundamentalmente a mí me importa. Infancia desprotegida, sometida al capricho compulsivo de los adultos, a sus experimentos sociales y culturales sin ningún tipo de cortapisa. Vergüenza de la postmodernidad. Recomiendo a todo aquel que llegue a este post que lea el informe, ya que analiza en profundidad los pros y contras de un tema de inmensa relevancia ética, social y política paradoja de la frivolidad con la que nuestros políticos de izquierdas y derechas la están abordando. Especialmente, y con aparente contradicción, la derecha .
El interés superior del menor y maternidad subrogada
a) Vínculo y maternidad subrogada.
Uno de los primeros temas que aborda hacen referencia a los cambios que se producen ente la madre y el nasciturus con gran peso en la situación de apego posterior. Los cambios reales, tanto biológico como psicológicos producidos son los que interpelan a los autores para realizarse la siguiente pregunta: ¿qué debemos considerar con mayor valor ético, y pensado en el superior interés del menor, la gestación- maternidad o la voluntad procreativa?
Conocemos que durante la gestación, la embarazada experimenta una serie de cambios fisiológicos y cerebrales encaminados a favorecer el vínculo con el nasciturus. Son cambios que favorecen la disponibilidad emocional necesaria para asumir la maternidad con éxito. Estos , lógicamente, no se producen en los contratantes o comitentes. Sin embargo, y pensando en el menor, también sabemos que los cambios de la figura de apego son posibles hasta los siete/ocho meses sin que se produzcan graves problemas adaptativos en el niño, siempre que la figura de apego reúna las condiciones afectivas necesarias.
Por tanto, según mi humilde opinión, no es el apego del niño a la madre comitente el principal problema, siempre que reúna las mejores condiciones emocionales para “ser una buena madre”.
b) ¿Existen diferencias entre la maternidad subrogada comercial y altruista?
Depende fundamentalmente de lo que decidamos analizar, en mi caso me interesa resaltar que si el objeto de la relación entre madre subrogada y comitentes es el niño, entraría dentro del tráfico de niños, incluso en aquella situación en la que no se tenga que pagar. Así se desprendería del “Protocolo facultativo de la Convención de los Derechos del Niño relativo a la Venta de Niños, Prostitución Infantil y Pornografía”.
Del mismo modo, en este tipo de relaciones se produce una cosificación del niño, un objeto que pasa a un segundo plano respecto a la gestante y los comitentes.
Centrando esta reflexión en el menor, como dice el informe, el deseo reproductivo no es garantía de que se priorice el interés supremo del menor. Como explicita el informe ” padres responsables no son quienes tiene el deseo de serlo, sino aquellos que orientan su deseo al pleno desarrollo de sus hijo antes que a su propia satisfacción”.
Por supuesto que la maternidad subrogada comercial incrementa el riesgo de tráfico y cosificación del niño y además genera una gran injusticia social: solo podrán acceder a ella quienes dispongan de los medios económicos necesarios.
Hay que DENUNCIAR por su ilegalidad, que países como España permitan que las Agencias que se están lucrando con este asunto exponga y oferten libremente sus “paquetes comerciales” con el permiso de la administración y sin que intervenga la fiscalía ante tal infracción. De todas formas, creo que la ilegalidad institucional es indicativa de hasta dónde entre nuestros políticos tienen ya su criterio sin importarles, especialmente, los aspectos bioéticos ni de protección del futuro niño.
c) Entre la inseguridad jurídica del menor y la explotación/esclavitud de la mujer.
Si la gestante y los comitentes se ponen de acuerdo antes del nacimiento del niño, los comitentes se apoderan, en el más amplio y ruin sentido de la palabra, del cuerpo de la madre en una amplio abanico de aspectos: cuántos embriones, selección del número de embriones, la posibilidad de abortos, diagnóstico preimplantatorio, la posibilidad de no aceptar al recién nacido si presenta alguna anomalía etc.. Cuando media la necesidad económica de la gestante su decisión deja de ser libre y se presta a todo tipo de abusos.
Quedan otros aspectos muy importantes, que no abordaré en este post pero que son determinantes. Por ello recomiendo que os leáis el informe. Nos estamos jugando mucho como seres humanos, como PERSONAS. Las posibilidades del neuromárketing son inmensas porque tocan al hombre humeanus, a las emociones, y las emociones son muy peligrosas para la supervivencia si se quedan huérfanas de su complemento, la razón.