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“La fantasía de violación, del sexo con violencia y de humillación”¿ Es realmente un deseo femenino debido al heteropatriarcado?
Hoy día, el heteropatriarcado es el culpable de todos los males. El día que lo superemos encontraremos con total seguridad la más absoluta felicidad. Sin embargo, yo diría que las fantasías a las que se refiere Clara Serra no son exclusivas de la mujer y consecuencia del malvado poder del hombre. Aunque nos parezca sorprendente, las fantasías de humillación, del sexo violento y de otras muchas variantes para llegar al orgasmo se dan tanto en los hombres como en las mujeres. Así lo recoge la historia y así lo han contemplado los manuales de diagnóstico clínico, aunque hayan dejado de ser consideradas patológicas en la actualidad. Por tanto, sostener téticamente que las fantasías de la agresión sexual y la violación son exclusivas de las mujeres y debido al heteropatriarcado me parece un reduccionismo excesivo, cuando no claramente intencionado.
A continuación expondré algunos ejemplos de la literatura, cómo se han abordado estos temas desde la perspectiva clínica, para concluir con algunas opiniones personales. No entraré en valoraciones éticas ni religiosas con la finalidad de que el post no pueda ser tachado de confesional o ideológicamente posicionado.[note] Que no quiere decir que no la tenga. Simplemente, aquí intento dar una explicación fenomenológica del tema sin entrar en valoraciones morales[/note]
Descripciones históricas paradigmáticas.
Son bien conocidas las obras de Donatien Alphonse François de Sade, destacando especialmente Justine. En ella, el Marqués de Sade, como se le conoce, hace triunfar la perversión sobre la virtud. Justine es una adolescente virtuosa que cree en la bondad y que será víctima de los más horrendos abusos y agravios sexuales. El autor, describe la maldad de los personajes y se decanta claramente sobre el triunfo del vicio sobre la virtud, como queda reflejado en el encuentro al final de la obra con su hermana Juliette que, a pesar de haberse prostituido, ha alcanzado una buena posición social, en tanto que Justine, que ha querido perseverar en la virtud, se encuentra en la más absoluta indigencia y humanamente destrozada.
Independientemente de la posición del autor sobre los valores y la maldad, esta obra representaría el prototipo de la agresión sexual, la humillación realizada por el hombre hacia la mujer. Correspondería por tanto, a esa relación de dominio del hombre sobre la mujer, a esa heteropatriacalidad que probablemente hayan podido interiorizar las mujeres dando lugar a las fantasías femeninas de las que habla Clara Serra.
Como contrapunto, tenemos las novela “La venus de las pieles” de Masoch Leopold von Sacher-Masoch. En ella se describe la relación entre Severin von Kusiemski y Wanda von Dunajew. Severin, enamorado de Wanda, necesitaba de las agresiones y humillaciones de Wanda para poder disfrutar sexualmente de la relación. Ella, no solo accede a materializar sus fantasías, sino que termina disfrutando con ellas. Bien es cierto que la relación se rompe cuando Wanda encuentra a un hombre radicalmente distinto y por el que ella se deja dominar. ¿Sería Severin el prototipo de hombre víctima de la heteromatriarcalidad?
Estos dos prototipos ponen en evidencia la complejidad que subyace en las manifestaciones de la sexualidad humana, mostrándose cualquier interpretación excesivamente simple si solo intentamos analizarla de un solo ángulo, sea desde la perspectiva feminista, culturalista, moral, heterosexual , homosexual o cualquier otro aspecto.
Perspectiva clínica de la sexualidad
Clínicamente, este tipo de comportamientos sexuales entrarían dentro del epígrafe denominado trastornos psicosexuales (sub-apartado parafilias) (DSM – III, 1980) o trastornos parafílicos en el DSM 5 (2014). En la tabla 1 se recogen los trastornos recogidos en ambas clasificaciones.
Tabla 1. Entidades clínicas relacionadas con la psicosexualidad.

Para que sean considerados como trastornos deben cumplir los siguientes criterios: que no sean meras fantasías, que se realicen forzando a la otra persona o que produzcan un deterioro significativo de la vida laboral, social o familiar. Todas ellas puede presentarse en ambos sexos y en cualquier género.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Las fantasías sexuales son una realidad que puede presentarse en cualquier persona, sea hombre, mujer, homosexual o heterosexual. Son huellas que quedan en nuestro inconsciente desde los primeros años de nuestra vida, siendo Sigmund Freud el que de forma más precisa informó sobre ellas. De hecho, fue el autor que primero nos habló de la perversión polimorfa infantil. Como he comentado en otros post, suelen presentarse cuando aún no existe una verdadera diferenciación sexual y permanecen con nosotros hasta la muerte. Estarán más o menos reprimidas, más menos controladas, pero todos y todas tenemos nuestras propias fantasías.
Si hasta ahora, la educación y la cultura han orientado nuestra sexualidad hacia un determinado perfil, en el que la heterosexualidad ha sido la más frecuente y valorada, con la revolución sexual, con el pansexualismo de la ideología de género, se pretende que cada cual viva su sexualidad sin ningún tipo de restricción. Es lo que se llama el pansexualismo.
Que este nuevo planteamiento de la praxis sexual se enfrenta a lo enseñado hasta ahora como permitido y no permitido, es evidente. Se opone a costumbres, a la educación psicosexual tradicional, a determinadas posiciones éticas y a bastantes credos religiosos.
Sin embargo, queda abierto un interrogante de suma importancia para la convivencia, incluso para la supervivencia del ser humano, ¿La moda ideológica, la creencia en la liberación sexual absoluta, la realidad objetiva de que el ser humano alberga en su psiquismo todo tipo de fantasías sexuales, es suficiente para permitir que todas ellas pueda materializarse sin ningún tipo de impedimento?; ¿llevará Freud la razón cuando nos dice en su ensayo “El malestar de la cultura” que la represión, no solo de todas estas “perversiones”, sino de otras modalidades de expresión del deseo sexual, es el precio a pagar por el progreso?.