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Desde la familia, en la escuela, en los institutos, entre los políticos, los medios de comunicación, hay que desarrollar una auténtica cultura de respeto a la mujer. Una cultura que penetre en nuestra mente, que domine nuestra conciencia moral y nos ponga a todos al servicio de la tolerancia y el respeto. A sentir el mayor AMOR del mundo por el sexo que mejor representa a la que fue esa madre que nos cuidó, que se quitó horas de su propia vida por nosotros.
AMOR hacia lo más grande de la creación: la mujer
Todo empieza en la familia. Educar en el respeto entre hombres y mujeres es una labor educativa en la que los padres son los primeros protagonistas. Los hijos observan y aprenden. Los padres deben ser modelos de respeto.
