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¿Cuándo este gobierno, y especialmente la Junta de Andalucía, van a dejar de adoctrinar a los alumnos con una educación sexual que induce indirectamente a la promiscuidad?1
Cuándo, los padres y la escuela nos vamos a tomar en serio la educacón sexual de nuestros hijos e hijas. Porque educación sexual, sí. Porque inducir a la precocidad de las relaciones coitales entre menores de edad en nombre de la libertad de decisión, del placer y de los derechos fundamentales de la infancia, sin valorar la necesidad de educar en una sexualidad responsable y sin tener en cuenta el desarrollo emocional y psicosexual de los alumnos/as para que puedan entender las trascendencia de la misma, me parece un atentado a la infancia que tendrá consecuencias para toda la vida.
La escuela andaluza utiliza dos métodos en la educación sexual. El formal, basado en las indicaciones de la ideología de género desarrolladas por la UNESCO y la OMS, y la informal, proveniente de los criterios subjetivos del profesor y la profesara de turno.
Estas circunstancias derivadas del ámbito escolar despiertan en los alumnos deseos que se transforman en actos, sin que exista la suficiente madurez para saber canalizarlos. De aquí que, ante ese bullyng, tan frecuente como oculto, presente en los colegios, ahora venga ampliado con nuevos tipos de agresión: la sexual.
Entre la educación sexual inapropiada en la escuela y el acceso a la pornografía a edades de 11 – 12 años a través de la redes sociales y sin la supervisión necesaria por parte de los padres, estamos creando una pubertad y una adolescencia hipergenitalizada. Yo he escuchado y he leído hasta la saciedad comentarios como “si se lo pasan bien, por qué se los vamos a impedir”. Aún más, iría contra los derechos sexuales de la infancia si no lo permitimos. Lo que se debería hacer, ante un derecho fundamental, es enseñarles a cómo utilizar los métodos anticonceptivos apropiados, dicen. Por supuesto, esto es el mejor indicador de la gran ignorancia de la psicología evolutiva de quien lo defiende.
El menor de nueve años de Cazorla (Jaén)
El menor ya venía sufriendo acoso con amenazas y agresiones físicas desde hacía meses. Todo se desarrolla en el patio del colegio, en donde también se culmina con la agresión sexual. ¿Nadie sabe nada, ningún alumno/a se dio cuenta, los profesores no detectan cambios psíquicos ni conductuales en el alumno acosado, los padres no observan ningún cambio en la casa?. No me puedo creer que sean los médicos de urgencias los primeros en diagnosticar una agresión homosexual, en este caso, que se produce en un patio de recreo.
Ahora se nos pide prudencia ante una agresión sexual que, según los médicos, se ha repetido varias veces en un niño de nueve años durante meses acosado y sobre lo que nadie sabe nada… ¿Nadie sabe nada?. Los alumnos juegan en el patio en donde se produce la agresión ¿Y nadie sabe nada?. Entonces la gravedad del tema es mucho mayor. Porque no saber nada en un colegio en donde conviven niños de 3 a 14 años, insisto, niños y niñas entre 3 y 14 años, significa la mayor negligencia imaginable por parte de los profesores del centro.
Y se nos pide prudencia. Yo lo que pido es justicia y responsabilidades. Que se aplique justicia al agredido y que se investigue la responsabilidad penal para los que tenían la obligación de supervisar en el patio a niños y niña de entre 3 y 14 años.