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Los padres de Gabriel, los únicos que se han mostrado como seres civilizados, en una sociedad vengativa
He querido esperar, ver y leer sobre cómo se ha ido manifestando entre la gente el dolor que ha supuesto tu muerte, el cómo se ha ido instrumentalizando políticamente y el cómo han aflorado entre nosotros los más elevados y bajos sentimientos.
Sobrecoge que los únicos que han puesto algo de cordura en esta histeria colectiva de odio hayan sido tus padres, aunque su voz parecía caer el desierto. La inmensa mayoría exigían un linchamiento hacia la persona que ha producido tu muerte, sin percatarse de que da lo mismo el crimen de la horda presa del odio que el realizado con alevosía sobre un niño de ocho años cargado de vida y de futuro. Un crimen, al fin y al cabo. Un acto de injusticia en cualquier sociedad civilizada.
- Se ha instrumentalizado desde la ideología de género, cuando personas de relevancia social como Lucía Etxebarría responsabiliza a tu padre por dejar que tu asesina te vistiera y acusando, no solo a tu padre, sino también a todos los padres de ser unos incompetentes y negligentes. No sé que podrías decirle tú a Lucía que eres quien realmente lo has conocido. Te aseguro que tu madre no piensa lo mismo de tu padre que Lucía.
- Desde el minuto cero en el que se supo de tu desaparición, se puso un movimiento de solidaridad indescriptible. Personas de media España se han pateado Níjar y su comarca con la esperanza de encontrarte. También tu asesina y nadie la llamó negra, ni blanca.
Pero, por razones que no llego a comprender, cuando la esperanza se transforma en odio, en un sentimiento ciego, irracional, de venganza, surge el periodista Ignacio Escolar sentenciando que el odio que se siente hacia Ana Julia se debe, no solo a que sea tu asesina, sino también al hecho de ser negra, una inmigrante y, por supuesto, a la dictadura del heteropatriacado: que es una mujer.
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Y es que, Gabriel, por si no te llegaste a percatar durante tu corta vida lo que somos algunos seres humanos, algo que creo fue así con unos padres como los tuyos, a muchos les importa un pepino la injusticia y el horror que supone, en sí mismo, el asesinato de un niño, simplemente porque todo, absolutamente todo lo llevan a la categoría de lo político. Por eso terminan instrumentalizando el dolor ajeno.
Y es que te ha asesinado una mujer, a pocos días de una manifestación en donde muchas mujeres situaban la maldad de forma exclusiva en el macho y, para más inri, en un momento en donde algunos partidos políticos, incluyendo el de tu padre, quieren derogar la ley sobre la prisión permanente y revisable.
Yo prefiero quedarme con lo que piden tus padres, los que realmente te quieren, los que más lo han sentido y seguirán sintiéndolo toda la vida, los únicos que pueden darme consejos de cómo debería ser mi actuación si realmente deseo dignificar tu recuerdo. Me quedo con tu canción, esa que solías cantar y bailar con tu madre.
Hasta pronto, “pescaito”.