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Sra. Mónica Oltra Jafré: Efectivamente, la adolescencia es un estadio del desarrollo complicado. Los/las adolescentes en su necesidad de autonomía y en su itinerario de búsqueda de la propia identidad, se exponen a un amplio abanico de situaciones de riesgo: primeros contactos con las drogas, el inicio de las relaciones sexuales, la necesidad de ruptura con determinados valores con los que han sido educados en la familia, y que ellos necesitan reactualizar con la finalidad de elabora los suyos y en profunda sintonía con los iguales, con la cultura grupal. Son situaciones de enfrentamientos frecuentes con los padres, y en donde la familia juega un rol fundamental en un manejo equilibrado de los mismos. Hasta aquí, una situación normal en esta etapa del desarrollo.
Por otra parte, los padres tienen la obligación de supervisar las actividades y las amistades con los que se relaciona su hijo o hija. No desde una forma impositiva y autoritaria, aunque sí actuando con firmeza cuando la conducta de su hijo o hija adolescente se aparta significativamente de lo permisible, especialmente en lo que se refiere a la exposición a situaciones de riesgo y teniendo en cuenta la edad. No es lo mismo 14-15 años que 16-17. Su grado de maduración socioemocional y cognitiva no es la misma en relación con su capacidad de valoración del riesgo y el autocontrol necesario.
Su desconocimiento de la psicología infanto-juvenil, le lleva a justificar lo que ha sucedido con las adolescentes violadas con frases como: “también pasa en las casas”, “cualquiera que tenga un hijo adolescente sabe que alguna vez se van sin permiso”, “los niños a partir de una cierta edad y nivel de madurez salen y aunque en este caso salieron sin permiso, eso también nos pasa a los padres”, “a nadie se le ocurriría preguntarle al padre de un adolescente qué hacía cuando violaron a su hija”, “los menores no están encerrados en los centros, salen a pasear, van a divertirse con sus amigas, y hasta a veces hacen cosas que no deben” etc. Respuestas a medio camino entre la frivolidad y la demagogia. ESTAS ADOLESCENTES NO ERA LA PRIMERA VEZ QUE SE AUSENTABAN SIN PERMISO. ¿QUE SE HIZO, Sra. Oltra?
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Los y las adolescentes, especialmente las adolescentes, en una sociedad con escaso respeto a la mujer y en donde existe una educación eroticofílica y de enfrentamiento de géneros , tanto a través de los medios de comunicación, de las redes sociales, e incluso en la misma educación formal; en una sociedad en donde la libertad se confunde con la ausencia de normas; en donde, por imperativo ideológico, se les suponen unos derechos para los que ni cognitiva, ni emocionalmente están preparados; en donde el paradigma de la educación se sustenta en un laisséz faire y una ausencia de toda corrección educativa frente a los desvíos conductuales, sostenida en una educación permisivista y no en una educación que fomente las capacidades adaptativas y críticas y la gestión de la propias emociones, en la creencia errónea de que actuar de otra forma, sería no respetar sus derechos fundamentales. Como se comprende, este paradigma pedagógico solo puede llevarnos, desgraciadamente, a lo que estamos viviendo con demasiada y creciente frecuencia: abusos y agresiones sexuales, familias desechas por la tiranía de sus hijos e hijas adolescentes, o bien con adolescentes víctimas de familias desestructuradas o incapaces de implementar una correcta educación de sus hijos.
Adolescentes tutelados en la Comunidad Valenciana
Cuando la Administración se hace cargo de la tutela de un menor no es por capricho. Detrás de esta medida hay una vida rota, inestable y necesitada de apoyo y supervisión que normalmente la familia biológica no puede proporcionar. En estos casos, la Administración asume la tutela de unos menores en altísimo riesgo, si es que ya no han sido sometidos a todo tipo de violencia. Los/las menores tutelados por la administración, Sra. Oltra no son equiparables a los/as adolescentes en general, simplemente porque cargan con una serie de experiencias biográficas especialmente traumáticas. Psicológicamente, aunque adolescentes, no son equiparables a los adolescentes que presenta los normales problemas de rebeldía en familias armónicas. Es justamente por ello, por lo que la administración asume la tutela en unas condiciones en las que se necesita de una ayuda psicológica, emocional y de supervisión especiales. Esto implica la necesidad de implementar los recurso necesarios, tanto en número, como en la cualificación del personal que los atiende.
Aquí es simplemente, sencillamente, en donde se enmarca su responsabilidad como Vicepresidenta del Consell y Consejera de Igualdad y Políticas Inclusiva. Debe dar una explicación sobre si la situación actual de los centros de acogida reúnen los estándares de calidad exigibles en cuanto al número y cualificación del personal, si los menores son atendidos específicamente en base a su perfil conductual y emocional, porque no son válidas las mismas medidas y atención para todos por igual1. Por seguir con su relato: “no todas las familias tratan por igual a cada uno de sus hijos/as adolescentes”. Si esto no sucede en una familia normalizada, aún menos con los que arrastran una biografía de alto riesgo.
Otros aspecto que justifica su obligación de dar explicaciones, se refiere al hecho de que en todas las provincias que conforman la Comunidad Valenciana, han sucedido episodios desagradables: La violación de una menor en el centro de Buñol, la fuga de tres menores en Nules, y la actual violación de la menor de 14 años en Alicante.
Efectivamente, el PP no fue un gran ejemplo en la atención a los menores en desamparo.
Llevaba razón en 2012 cuando acusaba al PP de someter a los menores a un segundo desamparo. La situación de la atención al menor durante la gestión del Sr. Jorge Cabré fue dramática. Se le llegó a deber más de un millón de euros a la fundación encargada de la gestión, dando lugar a la recogida de alimentos y otros artículos de necesidad a través de voluntarios entre los comercios de la zona. Fue un escándalo, lleva usted razón. También fue frívola la respuesta del Sr. Jorge Cabré, cuando se defendió diciendo que “él no lo sabía”. Pero la historia no desautoriza a la Sra. María José Catalá el pedir explicaciones. Su silencio la haría cómplice de una situación que, de momento, necesita de explicación por su parte.
Por tanto, ahora hablo de su responsabilidad. Y me encuentro con las mismas respuestas frívolas de los responsables del PP cuando la gestión era responsabilidad de ellos. ¡Sra. Oltra, asuma su responsabilidad e investigue en profundidad!. No se ande por las ramas echando balones fuera o con las excusas manidas, ¡ que tanto me enfadan!, “tú también”, “lo tuyo fue peor”…
Yo escribo en nombre de los derechos fundamentales de la infancia y me da igual que los incumpla su consejería que la del PP. Usted le debe explicaciones a la infancia y adolescencia en desamparo de su comunidad, usted debería ser más sensible y empática con la infancia, alinearse radical e incondiconalmente con sus derechos y dejarse de respuestas políticas al uso.