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Joaquín Díaz Atienza
Una vez realizada la reducidísima descripción que hemos expuesto sobre algunas etapas del desarrollo piscosexual, nuestro trabajo quedaría absolutamente incompleto si no hablamos brevemente de los que se entiende por Complejo de Edipo.
Para Sigmund Freud el Complejo de Edipo es el procesos nuclear sobre el que se va a construir y conformar nuestra futura personalidad. Y J. Laplanche lo define como “un conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a su padres”.
Se han descrito varias formas de presentación del complejo de Edipo: La forma positiva, la forma negativa y la forma completa.
- La forma positiva se caracteriza por la existencia de unos sentimientos amorosos por parte del niño o niña hacia la figura parental del sexo contrario, y de rivalidad, celos y odio hacia figura del mismo sexo.
- La forma negativa es cuando el amor se experimenta hacia la figura parental del mismo sexo. Y
- La forma completa se define como aquella situación en la que los sentimientos de amor/ odio no se encuentran tan claramente focalizados hacia una de las figuras parentales, sino que pueden oscilar, con mayor o menor intensidad, hacía una u otra figura. Tal vez sea la forma más frecuente. De hecho, Freud, consideró a la forma simple como una visón del complejo de Edipo excesivamente reduccionista. Lo habitual es que en la relación triangular que supone el Edipo, nos encontremos con que el niño, no solo experimenta amor hacia la figura materna, sino que también podemos observar que el niño presenta hacia su padre comportamientos “femeninos, seductores y tiernos”. Para Freud, estos comportamientos nos indicarían la coexistencia en el niño de elementos homo y heterosexuales y no solo el resultado de la seducción o rivalidad.
Freud, debido a las aportaciones de las psicoanalistas, llegó a admitir la existencia de una fase pre-edípica: “etapa del desarrollo psicosexual anterior al complejo de Edipo en donde predomina el vínculo con la madre en ambos sexos” (J. Laplanche). En esta fase no se percibe a la figura patena, en ningún caso, como rival.
Funciones del Complejo de Edipo
Se encuentra en el centro del desarrollo psicosexual del ser humano. La mayoría de los investigadores lo consideran de presentación universal, así como uno de los ejes sobre los que se apoya: la prohibición del incesto.
Durante el Edipo se construye la elección del objeto amoroso que se decidirá después de la pubertad. Esta orientación y lección de objeto se produce a través de la catexis1. En ella intervienen los procesos identificatorios propia del Edipo y por la prohibición a materializar el incesto.
Igualmente, y como hemos anticipado, presenta un rol fundamental en la conformación de la personalidad, del ideal del yo y del superyo.
La superación de la visión fálica durante el complejo de Edipo conlleva al acceso a la genitalidad. Esta se produce a través de los procesos de identificación y superación de la crisis del complejo de Edipo. Para Freud, la superación de la crisis edípica no se produce por un mero mecanismo de represión, sino como de su destrucción o supresión. Cuando la crisis se “resuelve” solo a partir de mecanismos represivos, se presentarán inevitablemente semiología psicopatológica.
La importancia del Complejo de Edipo
Lo importante del complejo de Edipo no es la situación real que se produce entre el niño/a y las figuras parentales, sino en la prohibición que supone satisfacer unas inclinaciones primarias. Aquí, con la prohibición, como dice Lacan, se da la conjunción del deseo y la ley. Para Freud, así como para otros antropólogos posteriores, (ej. Malinowski), lo importante de la prohibición universal del incesto es que es la condición sine qua non para producir la cultura y lo que nos diferencia de los animales (naturaleza). (Este aspecto, nuclear en Freud, será contestado por algunos filósofos de la Escuela de Frankfurt (ej. Marcuse)
En la triangulación edípica no solo interviene el niño/a y sus pulsiones, sino también los deseos inconscientes de los padres su fantasías y deseos, la seducción y la propia relación entre ambas figuras parentales.
Otros conceptos
Karl Jung introdujo el concepto de Complejo de Electra en el intento de elabora una analogía en la niña respecto a lo que sucede en el niño. Sin embargo, Freud no admitió tal analogía.
Ligado al Complejo de Edipo, surge le concepto de la angustia de castración que suele pasar por la fase en la que el niño creer que madre tiene pene, a la auténtica angustia de castración. Justamente, este miedo es el que facilita la renuncia a la relación amorosa con la madre frente a la fantasía y miedo de la castración. En la niña, la situación es más compleja y lenta y se resolvería mediante procesos de identificación.
Finalmente, se admite que la etapa edípica marcará determinantemente la identificación y orientación. En definitiva, importará más el ser que el tener, Ser un hombre o mujer, más que tener un pene o una vagina.
- J. Laplache y J.B. Pontalis. Diccionario de psicoanálisis. Eti Labor. Madrid. 1968.
- Golse. El desarrollo afectivo e intelectual del niño. Edit. Masson. Barcelona. 1987.
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