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No quiero que los obispos vascos me pidan perdón cuando ETA anuncia su fin como banda terrorista. El perdón de un pecado contra Jesús, no me corresponde. Dios es el que tiene postestad para perdonarlos
El perdón de los obispos vascos y navarros no es más que el mensaje de alguien que está al servicio de ETA . La prueba es que desde hace más de cuarenta años han sido cómplices de unos crímenes indiscriminados contra su pueblo por el mero hecho de no ser nacionalistas. Unos obispos, y una iglesia, que se han posicionado a favor del Cesar y en contra del mensaje evangélico durante cuarenta años, unos obispos que por seguir al Cesar han dejado abandonados a gran parte de los católicos del País Vasco.. Ahora, cuando ETA dice que abandona, es fácil pedir perdón. Será Dios quien pueda perdonarlos, porque han pecado contra el evangelio, contra el Espíritu Santo. ¡Qué Dios los perdone!. Yo no puedo perdonar, porque entre otras cosas, ellos han sido los causantes del asco que siento por ellos. No son de mi iglesia.
Lo mismo pienso de los seguidores de otro Cesar. Los obispos catalanes, los de la Tarraconense. Esos personajes con mitra que tienen completamente abandonados a la mitad de su pueblo por el simple hecho de no ser nacionalistas, esos personajes que gobiernan unas iglesias que más parecen las sedes de partidos independentistas que centros de culto. Esos que transforman las iglesias en centros de votación y espacios de mítines políticos, faltando el respeto a la libertad de los creyentes no nacionalistas. Otros que adoran al Cesar por un plato de lentejas, por cobardía y se olvidan del evangelio.
También pienso lo mismo de la Conferencia Episcopal Española, cómplice con su silencio, con su contemporización en los mensajes, con sus palabras ambiguas, por su querer estar a bien con todos, abandonado a la mayoría de su pueblo.
¡Pobre gente!, ¡pobre obispos!, ¡pobre Iglesia que ha cambiado a Dios y a Jesús por el becerro de oro, por un plato de lentejas!.
Como comprenderán yo no soy el que tiene que perdonar. Que le pidan perdón a Jesús porque es a Él a quien han traicionado.
Joaquín cuánta razón tienes. Totalmente de acuerdo en todo lo que dices.
Yo por mi parte sentí vergüenza ajena cuando leí que los obispos vascos pedían perdón… Ya no es que no sean representantes de Cristo, es que tampoco son su epígono… Lo de los clérigos catalanistas en general y lo de la Abadía de Monserrat en particular, ya no tiene nombre. Me ahorro mis calificativos…