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Acoso escolar a una chica con buen expediente y a otra con alopecia y ¿”casi indigente” que vivía de la caridad del centro escolar?.
O al menos así se podría interpretar de las palabras que recoge la Voz de Almería en su edición de hoy, 11 de mayo. Dice la profesora Carmen García que está muy afectada sobre el caso de acoso denunciado este miércoles, no solo no existe, sino que la familia y la alumna deben estar muy agradecidas porque iba mal en clase y se le hizo repetir para que pudiera comer en el centro, debido a la situación de pobreza familiar. Por supuesto, según ella, la única finalidad de las denuncias es la obtención por parte de las familias un beneficio económico.
Por otra parte, se han tomado medidas, que no saben qué otras tomar, que los alumnos acusados son excelentes alumnos etc.
Desgraciadamente, se repite casi literalmente lo que escribía en otro post, cuando hablaba de los profesores tóxicos, del interés superior del prestigio de la Comunidad Escolar por encima de la verdad y de lo que debería ser el verdadero interés superior, EL MENOR, la Víctima.
La profesora Carmen García, espero que sin ser consciente de ello, está estigmatizando aún más a esa chica que por problemas familiares, tuvo que repetir “para que pudiera comer en el comedor del centro”, esa menor que “debe estar eternamente agradecida a la institución y, por supuesto, soportar estoicamente cualquier agravio, vejación o insulto por parte de los alumnos, porque el favor que se le hace lo paga el colegio, ¿o lo pagamos todos los contribuyentes?. Profesora doña Carmen, ¿cómo puede usted pasar a la prensa datos sobre la situación psicosocial y familiar de una menor?; ¿no se da cuenta que la está descalificando, que está dañando su dignidad e imagen como ser humano, al hacer público las miserias íntimas de la menor y de su familia?.
No conozco los casos denunciados personalmente, pero una alumna con mal rendimiento académico y en situación psicosocial desfavorable, es una alumna de riesgo. Por tanto, veamos qué está sucediendo, sepamos LA VERDAD, y tomemos las medidas que supongan un escarmiento para los acosadores, sean buenos, regulares o malos alumnos. Hay tantos acosadores entre “los buenos alumnos”, como entre los malos. También es cierto que muchos profesores tienden, prejuiciosamente, a creer más al buen estudiante que al alumno con una mochila y el alma cargada de problemas. “C’est la vie”, como dicen los franceses.
Otra de las observaciones que hacía en mi anterior post se refería al “PROTOCOLO”. Me hago pis en cualquier protocolo que no anteponga los sentimientos a la burocracia, de cualquier protocolo que solo sirva para guardarnos las espaldas.
Para terminar, confieso que este comentario que publico no es más que el resultado del cabreo que me han producido las palabras de Carmen García. Tengo que confesar que, hoy soy médico jubilado, pero mi escolaridad en primaria de los años 50 pudo mantenerse gracias a la leche en polvo y al queso de los americanos. Le pido, por favor, que no intente negar una probable situación de acoso alegando que no tenía ni para comer. Su obligación es profundizar un poquito más.