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Los Trastornos Alimentarios (TCA), necesitan de una atención específica que no se ofrece, tal como exige la propia Junta de Andalucía, en Almería
Una cosa son los «papeles» y otra bien distinta los recursos necesarios, tanto humanos, como de infaestructura, aspectos que son totalmente insuficientes
Hace unos días me suena el teléfono de Jóvenes Solidarios los Millares. Me llama una estudiante desesperada, temerosa y absolutamente perdida. No sabe qué hacer. Me refiere que está muy angustiada porque es consciente de que la situación clínica de su anorexia nerviosa se le ha ido de las manos y no se siente capaz para continuar. Estudia en la Universidad de Almería, vive en un piso con algunas compañeras que hacen lo posible por ayudarla pero, como es habitual en esta horrible enfermedad, no es suficiente.
Aunque en Jóvenes Solidarios los Millares no atendemos este tipo de problemas, al observarla tan sola, tan perdida, deprimida y angustiada, mantengo la llamada con la finalidad de ver cómo puedo ayudarla.
Me dice que está en amenorrea, que le está creciendo vello, que no vomita. Le pregunto por el peso y la talla y deduzco que presenta un IMC (Índice de Masa Corporal) de 16. Ha consultado en Salud Mental, en donde fue atendida por psicología, se le pide analítica y se deriva a psiquiatría en donde será atendida al final de este mes.
En vista de la situación de indefensión y su llamada de ayuda, le recomiendo que le diga a su médico de familia que la deriven urgente al Equipo de Salud Mental, a donde previamente se le derivó de forma preferente.
Está sola y no quiere volver a su domicilio por graves problemas de salud mental (posible esquizofrenia esquizoafectiva) en uno de los miembros y teme que la situación será peor ya que no contaría, ni con la comprensión ni con la supervisión necesarias para poder remontar su estado nutricional actual. La paciente lleva razón, con un IMC de 16 ya es prácticamente imposible reaccionar de forma autónoma en la toma de cualquier decisión sobre la conducta alimentaria.
Esta chica está en un altísimo riesgo de sufrir cualquier problema médico grave. Necesita ayuda urgente, aunque solo sea para realizar una planificación de tratamiento y de apoyo personal pensado a medio plazo. Se deberían establecer con claridad las indicaciones de hospitalización, o de hospital de día, aunque solo sea para recuperar mínimamente su estado ponderal a unos niveles que nos permitan trabajar ambulatoriamente.
Cuando por razones de jubilación dejé la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil, existía un Protocolo para la Atención de los TCA, muy bien planificado, pero para la galería. Nunca se llegaba a realizar de forma satisfactoria, especialmente para los casos graves. El tratamiento de los TCA necesita de una atención médica, psicológica y de unos cuidados de enfermería casi extraordinarios, tanto por la edad con la que mayoritariamente se presentan, como por la facilidad con la que se cronifican si no se diagnostica precozmente y se mantiene el tratamiento necesario, durante el tiempo necesario.