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El varón que es capaz de violar a una niña, continuará siendo tan sádico a lo largo de su vida como la víctima marcada en lo más profundo de su personalidad
La violación anal y vaginal, sea por un individuo o en grupo, marcará a la menor toda su vida. No existe reparación posible. Es peor que la muerte. Nunca podrá olvidar esa agresión a lo más profundo de su dignidad, de su ser como persona. Porque las agresiones sexuales reducen a la víctima al estado de un objeto sin valor, a una ” cosa” que cualquiera puede usar y tirar y cuyo sufrimiento carece de valor.
La justicia y lo políticamente correcto frente a la agresión sexual
Los hechos: Un grupo de amigos y amigas adolescentes se encuentran en un lugar del Azuqueca de Henares llamado el Lavadero de Azuqueca. Llega un grupo de 4 marroquíes menores de edad – 15 años- con dos mayores de edad, un marroquí y un nigeriano. El marroquí mayor de edad ya había anunciado con anterioridad que quería violar a la menor de 12 años de nacionalidad española, Los violadores obligan a la víctima y a una de sus amigas, marroquí, y violentamente se las llevan a una antigua residencia de ancianos abandonada. El grupo de amigos las siguen. Una vez retenidas las dos amigas, antes de consumar la violación, se inicia una discusión en árabe y dejan libre a la amiga marroquí; (según ella misma dijo a su amiga la dejaron ir porque era mora).
La introducen en un cuarto de baño, la colocan boca abajo, le sujetan las piernas y las manos y le tapan la boca con las manos, la desnudan de cintura hacia abajo, y el marroquí mayor de edad la sodomiza y, seguidamente los demás. La menor grita y los amigos intentan socorrerla entrando en el edifico abandonado. Los violadores les amenazan con palos y les dicen “quien entra no sale”. Se acobardan y esperan sin hacer nada.
No satisfechos con la sodomización, la violan vaginalmente. La tortura dura unos 45 minutos. Una vez satisfechos, el marroquí mayor de edad, orgulloso por su gran hazaña, le dice a la marroquí que liberaron porque “era mora” que “ya había hecho lo que tenía que hacer”.
La justicia: Rápida actuación de la Guardia Civil. Ponen a disposición de la fiscalía de menores que negocia con la defensa y los condena a tres años en un centro cerrado para menores infractores y cinco años de alejamiento de la víctima.
Respecto a los dos mayores de edad, al marroquí que llevaba la iniciativa durante la agresión sexual, se le condena a prisión provisional sin fianza. El nigeriano queda en libertad provisional en espera de juicio.
Lo políticamente correcto: De este gravísimo atentado a la dignidad de una menor no hemos enterado al año de perpetrase. Un silencio total. Además, cuando se hace público por parte de “El Mundo”, la mayoría de los medios de comunicación que replican la información ocultan la nacionalidad y, lo más grave, la discriminación xenofóbica o religiosa que subyace en este execrable atentado a la dignidad de la persona. No se puede obviar que su amiga queda exenta de la agresión porque era “mora”.
Creo que este dato es importante porque, si bien la inmensa mayoría de los marroquíes son respetuosos con las diferencias religiosas y culturales, existen algunos en donde aún arraiga un hipermachismo y desprecio por la mujer profundamente arraigado. Nuestra juventud debe conocer estas diferencias culturales porque es la única forma de que sepan distinguir con quienes puede estar más o menos seguras, independiente de la nacionalidad.
La Victima de Agresión Sexual Múltiple
Una púber, una recién nacida a la vida social y que afronta con asombro las nuevas exigencias, tanto en el ámbito de la relaciones sociales, como sexuales, con desconcierto y con la inocencia propia de los 12 años. que tiene amigas, digo amigas, de distinta nacionalidad, una púber inclusiva que súbitamente la reducen a un objeto sin valor, sin dignidad. Una niña de 12 años que despierta al mundo de una forma absolutamente traumática. Sin recursos, ni emocionales ni cognitivos, para integrar en su limitada biografía una agresión tan cruel como es siempre la violencia sexual. Impotente, indefensa, violentada en lo más íntimo de la persona como es la sexualidad.
¿Cómo podrá superar esta agresión múltiple por unos psicópatas que son incapaces de experimentar la más mínima empatía por un ser humano tan frágil?. No hay cárcel, no hay centro de menores, ni libertades provisionales que puedan reparar ni cicatrizar esta herida. No hay castigo suficiente que pueda curar esta herida que permanecerá sangrando toda la vida.
No entiendo tanta protección por los violadores, tanto silencio, porque no es políticamente correcto decir la nacionalidad de los violadores. No entiendo que, cuando los abusos se dan, por ejemplo, en la Iglesia Católica, se aireen tanto, que se digan las distintas profesiones, nacionalidad y procedencia de otros violadores y ocultemos intencionadamente cuando son inmigrantes. No podemos elevar a categoría la situación de inmigrante y riesgo de agresión sexual, sencillamente, porque no es así, pero tampoco podemos silenciar el hecho durante justamente un año.
Creo que la víctima necesita justicia, es la que más justicia necesita. Y silenciar determinadas circunstancias lo único que favorece es crear colectivos que se sientan más inmunes que otros. Necesitamos que se hagan públicos los nombres y la imagen de los mayores de edad que participaron en la violación…. como se hace en otras situaciones. La mujeres, aún más las niñas y adolescentes, necesitan protegerse.