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Marcelino Champagnat, un ejemplo de superación para todos los alumnos y alumnas con trastornos específicos del aprendizaje y, especialmente, de los que presentan dislexia
Hoy celebran los Hermanos Maristas el día de san Marcelino Champagnat, un santo que me evoca muy especialmente a todos los niños y niñas que sufren de dislexia o trastornos de la lectoescritura. Hoy, por tanto, los alumnos con dificultades en su aprendizaje escolar, también debería celebrar el día de Marcelino Champagnat porque este santo no solo fundó una congregación dedicada a la educación de niños y niñas con dificultades económicas, sino que él mismo presentó serias dificultades a la hora de aprender la lectura, a las que supo sobreponerse debido a su profundo deseo de ser sacerdote.
¡Pero quién era Marcelino Champagnat!
Marcelino nace el 20 de mayo de 1789, 15 días después del inicio de la Revolución Francesa, en la pedanía de Rosey perteneciente al municipio de Marlhes, departamento de Loira (Francia). Lugar privilegiado en cuanto a su precioso paisaje montañoso. Fue el noveno hijo del matrimonio formado por María Teresa Chirat, dedicada al comercio de tela, y Juan Bautista Champagnat, dedicado a tareas administrativas y que desempeño una actividad política muy importante en su entorno geográfico durante la Revolución Francesa. Era militante jacobino.
Escolaridad: Su tía Luisa Champagnat, monja de la Orden de San José, fue exclaustrada ya que los conventos fueron cerrados por los revolucionarios. Intentó enseñar a leer a Marcelino, siendo un tarea imposible. Su primer fracaso “escolar”. Su tía dejó la tarea por imposible. Posteriormente, acude a la escuela. El primer día el maestro lo llama para evaluar su competencia lectora, se le adelanta otro alumno a lo que el maestro responde dándole una bofetada. Marcelino, que observa la escena, coge miedo. Aquel comportamiento agresivo del maestro Bartolomé Moine hacia su compañero le produce una fobia escolar. Decide no volver más al colegio y se dedica a labores del campo y a ayudar a su madre.
A petición de un sacerdote que buscaba candidatos al seminario, decide entrar en el seminario. Comienza a prepararse académicamente con el profesor Benito Arnaud, aunque los resultados fueron bastante pobres. A pesar de ello, ingresa en el seminario menor de Vernières. Sus progresos académicos eran muy pobres, lo que motivó que en varias ocasiones la dirección del seminario se planteara expulsarlo. Supera los cursos con muchísimo esfuerzo. Su ilusión por ser sacerdote le motivó hasta el punto de superar todas las dificultades académicas. Finalmente, con 24 años, entró en el seminario mayor de Lyon. Allí conoció a otro santo, Juan María Vianney, conocido como el santo cura de Ars, con mayores dificultades en el aprendizaje que Marcelino.
La Sociedad de María: A partir de un núcleo de seminaristas con una especial veneración a María, Juan Claudio Courveille funda la Sociedad de María, aunque Marcelino mostró un especial interés por un carisma dedicado a la educación de los niños pobres y abandonados que no compartía Juan Claudio. Finalmente, le permitió que Marcelino creara un grupo de hermanos dedicados a la educación, decisión que no fue bien recibida por parte de algunos eclesiásticos.
Creación de los Hermanos Maristas: Marcelino es ordenado sacerdote el 22 de julio de 1816. Continuó fiel a su proyecto educativo con la infancia. Decía, ” la educación de los niños y adolescentes, me recordó las dificultades que tuve en mi infancia por falta de educadores”, pequeña mentira. No fue por falta de educadores, sino por sus dificultades con el aprendizaje escolar. En nuestros días hubiera sido un alumno en clases de apoyo y, más que probablemente, diagnosticado de “Trastorno de la lectoescritura”.
Sus dificultades con el aprendizaje no fueron impedimento para crear una orden religiosa dedicada a la enseñanza repartida a lo largo y ancho de mundo y centrada básicamente en enseñar a niños y adolescentes con un espíritu basado en el amor y en la exigencia.
Quiero concluir afirmando que, si bien ha habido garbanzos negros, muy negros, (véanse estos dos enlaces):
Marcelino Champagnat, los Maristas de Bercelona y la pederastia
La Iglesia Española no escapa a la abominación de los abusos sexuales en la infancia. 2) Barcelona
El espíritu y la labor de Marcelino Champagnat sigue siendo un modelo cristiano de superación personal frente a las dificultades. Un ejemplo para todas y todos los niños y adolescentes con problemas de aprendizaje.
Marcelino muere el 6 de junio de 1840 a la edad de 51 años
Nòtre Dame de l’Hermitage