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ALEAS-IU – lobby LGTBI- consigue, con la expulsión del Partido Feminista, hacerse con el poder en IU en temas de feminismo
Cuando nadie en la izquierda era feminista, supongamos que hablo de la década de los 70, Lidia Falcón nos daba conferencias sobre feminismo a los universitarios españoles. Los hombres que militábamos en la izquierda la considerábamos una “feminista radical”, una “femme terrible”, una voz exagerada de mujer que nos hablaba del patriarcado como la razón sociocultural principal de la discriminación de la mujer. En tanto los hombres la escuchábamos con recelo, las mujeres comenzaron a reaccionar positivamente ante un discurso que no vaticinábamos que fuera más allá de la muerte de Franco.
Sus postulados, como auténtica feminista marxista culturalista, se sustentaban en la lucha entre el hombre, dominante y privilegiado, y la mujer sumisa y explotada. La mujer frente al hombre patriarcal que la mantenía explotada y ninguneada. La autentica igualdad consistía en la superación de los privilegios del hombre respecto de la mujer. En definitiva el feminismo de toda la vida, aunque en Lidia Falcón desde una teorización marxista gramsciana.
En sus escritos siempre defendió los derechos a que cada individuo pudiera vivir su identidad u orientación sexual en libertad. De hecho, fue la pionera en la lucha para que se derogara la ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social promulgada por el régimen franquista en 1970, en sustitución de la republicana Ley de Vagos y Maleantes de 1933. Su defensa por la igualdad de la mujer, y por los derechos civiles de aquellos que presentaban una orientación no heterosexual, le costó más de un encontronazo con los rabiosos defensores de un franquismo agónico.
Sin embargo, lo que ella no intuía es que su lucha contra el patriarcado se transformaría con los años en una lucha contra el heteropatriarcado. La lucha ya no consiste en que la mujer consiga idénticos derechos que los hombres. No. El heteropatriarcado introduce un paradigma nuevo, con su propio neolenguaje, y que está a punto de fagocitar al feminismo auténtico. Aunque se sigua utilizando la consigna de la igualdad entre hombre y mujeres, esta no deja de ser un slogan manipulado. Las categorías hombre/mujer no tienen razón de ser para el nuevo paradigma, ya que son meros constructos sociales sin arraigo en la naturaleza. El sexo se ha transformado en género, dando lugar a nuevas categorías enfrentadas: a los queer contra los cisgénero. Los queer incluyen a todos aquellos con una sexualidad no heterosexual lo que significa que la mayoría pertenece al movimiento LGTBI. Por tanto, el feminismo reivindicativo de la igualdad de la mujer frente al hombre patriarcal ha quedado obsoleto.
La excusa de Izquierda Unida para expulsar al Partidos Feminista.
En 1994 se constituye en Madrid el colectivo ALEAS (Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual) en defensa de los derechos de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales, es decir un colectivo LGTBI que al integrarse en IU, se le denomina ALEAS-IU.
La estrategia de este colectivo LGTBI dentro de IU ha sido neutralizar al movimiento feminista y acaparar todo el poder de decisión sobre temas de género y feminismo. Lo que la mayoría de las mujeres no entienden, es que ya no se trata de un feminismo que milita por los derechos de la mujer, sino de la implementación de la ideología de género que nada tiene que ver con el feminismo, aunque se haya apropiado perversamente de su lenguaje. Esta misma contradicción la tienen con las colectivos intersexuales (personas con anomalías genéticas, cromosómicas, o gestacionales – DSM 5: Trastornos del Desarrollo Sexual en la Infancia).
Desde la inclusión del Partido Feminista en IU, ALEAS-IU han mantenido una lucha cruel, con descalificaciones e insultos, hacia el Partido Feminista. Lidia Falcón criticó la vergonzosa “exposición” en el Parlamento de Extremadura de un niña de transexual (M/F), por considerar que el respecto a los derechos del menor son superiores a las reivindicaciones del colectivo Transexual. En ese momento se inicia una recogida de firmas, las mismas que utiliza ALEAS-IU y la Dirección Ejecutiva para expulsar al Partido Feminista.
Los motivos reales de la expulsión del Partido Feminista
La verdadera razón no es otra que la oposición del Partido feminista a la proposición de ley de Podemos sobre la transexualidad por considerarla “un despropósito peligroso para la salud y el futuro de los menores”. En especial, el que permita “decidir a niños de 4 años el sexo que quieren tener, y en consecuencia que se comprometa el destino de toda su vida, los sometan a hormonación y castración sin ni siquiera unos exámenes médicos y psicológicos…. y que además abre la puerta – esta es su real intención- a legalizar la trata de mujeres para alquilar los úteros que fabriquen niños comprados por los progenitores no gestantes con dinero”.
¿Cuál es mi opinión?
Lidia falcón describe una incomprensible y surealista realidad. La mayoría de los estudios realizados han puesto en evidencia que hasta los 11-13 años, incluso más tarde, no se puede decidir sobre la identidad sexual, teniendo en cuenta que en porcentajes muy elevados, la identidad que aparentemente era transexual, se desarrolló congruente con el sexo biológico. Solo en un pequeño número de casos fue persistente. Por tanto, es una imprudencia, una irresponsabilidad hacia el menor, decidir prematuramente sobre un tema que le condicionará toda su vida, tal como afirma Lidia Falcón.
Ya expuse una relación de investigaciones, a raíz de los furibundos ataques contra Jose Antonio Marina, que confirman que la identidad de género no es algo estable durante la infancia, así como los factores que contribuyen a su mantenimiento durante el desarrollo psicosexual.
Simplemente, abogamos por la prudencia. Hoy por hoy, ser precavidos no significa ser transfóbico, ni ser facha, ni católico, ni musulmán, ni de extrema derecha. La prudencia es una vieja virtud aristotélica muy útil para la defensa de los derechos de la infancia, frente a los embates ideológicos de los adultos que piensan más en sus intereses que en los del niño.
Por ello, estoy de acuerdo con las críticas que realiza Lidia Falcón a los colectivos LGTBI. A saber:
- Intentan invisibilizar a las mujeres.
- Quieren sustituir al feminismo por la teoría queer
- La ideología de género tendrá unas consecuencias nefastas en la medida que desexualiza a los seres humanos.
- El lobby gay está imponiendo sus objetivos:
- Lograr le legalización del vientre de alquiler.
- Convencer a la sociedad de la legitimidad de cambiar de sexo a partir de los cuatro años.
- Considerar a la mujer seres imprescindibles.
- Legalizar la prostitución como trabajo sexual.
- Descalificar al feminismo. Si no existen mujeres ni hombres ni padres, la lucha feminista en innecesaria.
Que no nos manipulen. Como dice la propia Lidia Falcón, citando a Gramsci : “La verdad es siempre revolucionaria”, … No a la manipulación ideológica.