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“Creo que a día de hoy vivimos en una sociedad en la que la familia natural se ha superado por la vía de los hechos”, afirma Ángela Rodríguez
La familia ha perdido su rol principal en la educación de sus hijos, pasando a ocupar un rol subsidiario. Ahora es el Estado quien ocupa el rol principal
Desgraciadamente, así es. Pero el atentado contra la familia tradicional, la de siempre. la que existe desde la Grecia Clásica con algunos matices, se fue configurando a lo largo de la Historia, siendo las palabras de Ángela Rodríguez y la Ley de Familias pactada entre el Unidas Podemos y el PSOE, un paso hacia adelante que viene a sentenciar el suicido asistido de la familia tradicional. Digo suicido asistido porque son las propias familias tradicionales las que han terminado por aceptar la homologación de su estatus de familia con cualquier grupo humano que en nada se asemeja a su situación singular, Es la propia familia tradicional la que permite pasivamente su propia muerte.
Siempre ha existido la familia conformada fundamentalmente por un hombre, una mujer y los hijos: Es la familia nuclear. También, la familia formada por una pareja separada/divorciada cuyos hijos quedaban bajo la guarda y custodia de una de las figuras parentales: Son las familias separadas/divorcidas. La formada por madres solteras: Es la familia monoparental. Cuando conviven en el mismo domicilio- aunque no necesariamente- varias generaciones, padres, hijos y abuelos: Es la familia extensa. Extender la definición de familia a personas del mismo sexo que conviven, o no, con hijos, es el resultado de la implementación de la ideología de género. Extender el concepto de familia a personas por el mero hecho de compartir vivienda, es dar el tiro de gracia, el paso definitivo en la destrucción de la familia.
Política: el triunfo del marxismo
El trabajo más serio enfocado a la destrucción de la familia, lo constituye “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” de Federico Engels. Basándose en las teorías de L.H. Morgan, desarrolla la tesis de que la familia no es más que una estructura constituida por esclavos y generada a través de la historia para mantener la propiedad privada y la naturaleza clasista del Estado: “…las características generales de la sociedad de clases desvelando a su vez las particularidades de la evolución de la familia en las diferentes formaciones socioeconómicas (…) el origen y la naturaleza clasista del Estado”. Por tanto, el marxismo plantea la necesidad de destruir la familia como requisito para la construcción de la sociedad comunista, ya que constituye una estructura fundamental para mantener la injusticia económica a través del estado burgués. De hecho, durante los primeros años del triunfo de Lenin se planificó en contra de la familia, ya que no tenía sentido ante las funciones que asume en el nuevo estado comunista. Las palabras de Ángela Rodríguez no son nuevas, sigue los pasos del feminismo marxista de Alexandra Kollontai, Comisaria del Pueblo de Bienestar Social del gobierno de Lenin, cuando afirmaba que
la familia ya es una estructura obsoleta, una vez que el Estado ha asumido las tareas de criar a los hijos y explicaba que, “una vez que el trabajo doméstico fuese transferido para el dominio del trabajo asalariado, nada restaría de la familia a no ser un ‘lazo psicológico’”.
En definitiva, desde un punto de vista político, nos encontramos con la aplicación de las teorías maxistas sobre la familia, aunque conseguidas a través de una estrategia de acoso y derribo planificada desde el marxismo cultural y cuyo éxito ha llegado.
Psicosociología: El triunfo de la antipsiquiatría social
David Cooper es uno de los cofundadores del movimiento antipsiquiátrico que tuvo su máximo explendor durante la década del 70 para ir declinando progresivamente durante la década de los 80. Su obra más paradigmática sobre la familia fue “La muerte de la familia”, escrita en 1971 y traducida al castellano en 1986. Considera a la familia una estructura tóxica, fuente de la locura, represora y al servicio de los intereres del capiltalimo. Su teoría la sustenta en el marxismo clásico, la filosofia de Sartre y de M. Foucault.
Si leemos detenidamente el borrador presentado por Unidas Podemos sobre la Ley de Salud Mental, observaremos claramente que su articulado está en íntima consonancia con las tesis sostenidas por el movimiento antipsiquiático. Lo curioso es que estas políticas antipsiquiátricas ya tuvieron sus antecedentes con González Duro en Jaén, con Ramón García como teórico español de las mismas y como experiencia nacional en Italia con Franco Basaglia: todas terminaron en el más rotundo fracaso y pagando un alto precio personal los enfermos mentales. Fue un desastre moral.
La pregunta que debemos plantearnos como ciudadanos es si deberíamos permitirlo, teniendo en cuenta el coste que supuso respecto la calidad humana y dignidad de los enfermos mentales que, en nombre de la libertad, la autonomía y la libre elección, fueron abandonados a su suerte, muriendo de hambre y frío en las calles o acogidos en instituciones caritativas.
Los hijos y la No Familia de Ángela Rodríguez
Nos dice, contradictoriamente, Ágela Rodrígez que la familia NATURAL ha sido superada. ¿Por quién ha sido superada la “familia natural”? ¿por un artificio decadente, por una fragmentación sin límites en los estilos de convivencia a los que nos empeñamos en llamar familia y que han terminado por destruirla?. Así es. Su visión ideologizada de la familia ha dado lugar a su destrucción que, si bien para los adultos puede significar nuevos aires de libertad y de falta de compromiso, para los hijos tendrá consecuencias negativas aún imprevisibles en lo que se refiere a su desarrollo cognitivo, social y afectivo. De esta destrucción se derivan:
- La educación de los hijos estará en manos del Estado a través de guarderías y centros escolares.
- Los niños carecerán de la estabilidad de figuras de adultos estables y personalizadas que favorezcan a través del apego su desarrollo emocional, social y conductual. El apego, tan necesario para la seguridad de los menores, pasará del apego primario a lo que se denomina en psicología apegos múltiples, generadores de inseguridad en su desarrollo psicoafectivo.
- Los valores se enseñarán en función de la política creando adultos dóciles al sistema y sin capacidad crítica.
Por todo ello, lo que se nos presenta como realidad impuesta desde fuera, estaba ya diseñada por la política cultural que ha ido penetrando en la sociedad de forma sutil, sin ser conscientes de que nos llevan a una sociedad en la que todo es incertidumbre, un experimento no controlado y del que desconocemos sus efectos adversos…
Se debería hablar mas sobre esto.. no les demos poder a los gobiernos sobre la familia y los valores que en ella se enseñan… es un error que sigamos el camino de la destrucción de la familia tradicional, y las consecuencias pueden ser muy graves…
Absolutamente de acuerdo con usted. Sin embargo, me temo que cada vez más, si no ha sucedido ya, la educación doctrinal de nuestros hijos está en manos del Estado. Por si no los ha leído, le recomiendo que lea este otro post: