Juana Rivas y la manipulación psicológica de su hijo Daniel

El duelo comunitario

Visitas: 190

LA TRAGEDIA DE MEDEA

Lo que hemos vivido hoy en los medios de comunicación ha sido algo monstruoso. Una escenificación de la tragedia de Euripides, Medea, que llega a matar a sus hijos por celos. En este caso, la tragedia tiene cinco protagonistas: Juana Rivas, la madre de Daniel; Gabriel el hermano de Daniel; Francisca Granados, la fanática feminista y Daniel, el hijo menor del último protagonista, Francisco Arcuri, el padre. Y en nuestro caso, juana Rivas, Medea, no mata físicamente a su hijo, ni la motivación inconsciente que la mueve son los celos. Lo mata psicológicamente, motivada por el ODIO que siente hacia su ex-marido.

No quiero incluir, aunque lo merecen, a esa horda indisciplinada, fanatizada, sectaria , y cargada de sinrazón, compuesta por las feministas y los medios de comunicación. NO ES NECESARIO RESALTAR QUE TODOS Y TODAS estaban presentes para «defender» EL BIENESTAR SUPERIOR del menor, único motivo de tanta parafernalia, según vociferan a la puerta del punto de encuentro, sin que se les caiga la cara de vergüenza por tanta hipocresia.

Juana Rivas, la madre, representando una escena trival, primordial,  abrazada a la feminista fanática, su yo auxiliar, su alter ego, avanza de espaldas hacia el punto de encuentro en donde debe entregar a Daniel a su padre. Daniel llega vigilado de cerca por la «policía del pensamiento» o el «guardaespaldas» con gafas de sol incluidas, como escribe algún medio, para que se mantenga firme en las consignas aprendidas. Debemos tener en cuenta que el padre es quien posee  la custadia del menor por decisión de la justicia, ante los riesgos que supone convivir con la madre.

Daniel llora y es alentado por la feminista fanática a que repita las consignas que le han ido metiendo en la cabeza desde que vino a visitar a la madre en diciembre. El niño asiente, angustiado, muy angustiado y temeroso, cuando se le insiste que diga ante los medios que el padre lo quiere matar y que le golpea día y noche. Y todas las participantes suspiran aliviadas con gestos aprobatorios de que ese duelo compartido, comunitario, por Daniel está plenamente justificado. Se pasa por alto parte de una frase de Daniel: cuando dice textualmente «me mata, ya no puedo más». Me pregunto, ¿»ya no puedo más» porque el padre lo quiere matar? o ¿»ya no puedo más» porque, entre unos y otros», me estáis destrozando la vida?.

Nadie quiere reconocer el daño que están produciendo en un niño de 11 años, porque aquí no importa que Daniel, durante la retención ilegal en el domicilio de la madre, haya estado sometido a un auténtico control mental, tan intenso, tan intrusivo que desde diciembre ha sufrido algunos episodios disociativos, episodios1 que suelen aparecer cuando se somete a alguien a intensas y continuadas consignas que no acepta plenamente, por la enorme carga de estrés que le supone la situación de lavado de cerebro. Una situación de la  que no puede escapar: la técnica empleada ha sido perfecta. Más de seis meses aislado, sin contacto con el padre. Me recuerda a los procedimientos que emplean las sectas para abducir a sus miembros. (vease el vídeo de El Mundo, a partir del minuto 7, 36″).

Este montaje multitudinario y premeditado, se creó con la única finalidad de que Daniel no se retractara en el último momento. Debía aparecer como una demanda de auxilio espontánea, suya.

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS QUE OBERVAMOS EN LO PADRES DIVORCIADOS

Son relativamente frecuentes:

  • El menosprecio hacia el otro progenitor con insultos, valoraciones negativas, ridiculizarlo y culparlo de la separación en presencia de hijo/a.
  • Minar los sentimientos positivos del menor hacia la otra figura parental, incluso culpabilizarlo por presentar tales sentimientos.
  • Impedir o poner trabas a la convivencia o al régimen de vistas.
  • Mentir con tal de generar en el hijo/a sentimientos negativos.
  • Impedir que el progenitor victimario intervenga en las decisiones importantes.
  • Reforzar persistentemente cualquier comentario negativo o rechazo del hijo/a hacia el otro progenitor.
  • Buscar el apoyo de amigos y/o familiares utilizando verdades a medias o ]mentiras.

A esta situación se le denomina SINDROME DE ALIENANCIÓN PARENTAL,2 QUE EXISTE, AUNQUE LO NIEGUE la nueva Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia. Aquí está la prueba, si es que no fue suficiente con Infancia Libre, que parace que no, cuando los mismos políticos salen en defensa de la victimaria, condenando socialmente a la víctima.

El relato oficial

La historia real

Daniel, difícilmente, podrá olvidar lo que ha vivido en Granada. Quiero concluir aclarando, que en este atentado contra el bien supremo del menor, no solo ha contribuido la madre, sino también Francisca Granados, su hermano Gabriel, la psicóloga que lo ha «tratado», y la justicia no admitiendo inicialmente a trámite una denuncia del padre por retención ilegal y, por último, los medios de comunicación que han  venido reforzando y justificando el delito de Juana Ribas.

NOTAS

  1. Estos episodios se presentaron en Italia, según me llega la información, aunque como resultado de las consignas dadas por su madre y por su hermano mayor. En España ha estado en seguimiento por la psicóloga clínica Dña Josefa Alganza Roldán
  2. Efectivamente, el SAP no es una enfermedad. Por tanto, no tiene el porqué incluirse como trastorno en ninguna de las clasificaciones. El SAP es un elemento tóxico de convivencia y relacional entre el /los hijos y la figura parental que ejerce la custodia, o no,  inoculando en ellos una visión negativa, aversiva y de odio hacia la otra figura parental y acompañada de gran sufrimiento psicológico por parte del hijo afectado. Es un plan, más o menos consciente, para destruir, no solo el apego que el hijo o la hija mantiene con la víctima (padre o madre), sino crear un marco mental en el hijo o la hija que evalue cualquier relación con el progenitor víctima como algo peligroso, rechazable. En definitiva, se busca borrar cualquier vivencia positiva en el hijo o hija. Habría que responder a los negacionistas que la violencia familiar, en cuanto tal, tampoco se incluye en los sistemas de clasificación de las enfermades mentales y no por ello puede negarse su existencia.

5 thoughts on “Juana Rivas y la manipulación psicológica de su hijo Daniel

  1. No puedo menos que felicitar al Dr. D. Joaquín, por su manera de explicarnos todo lo relacionado con este Episodio tan desagradable de un menor entre la espada y la pared.
    ‽A quién tendremos que pedir responsabilidades por el daño que se le hace a este hijo TAN QUERIDO POR AMBOS PROGENITORES?

  2. Enhorabuena por el esclarecedor y acertadísimo artículo sobre el denigrante episodio que se vivido en Granada en los últimos días, mi mas sincera felicitación por el mismo…

    1. Me parece genial que se explique el tema,tal cual es.
      Me recuerda el caso wanninkhof,queriendo dar pena en las calles,para justificar lo injustificable y quien seguro que está haciendo un daño irreparable es esta madre,con la escusa
      De querer protegerlo.
      El padre tiene la custodia legal y ella lo ha raptado y lavado el cerebro.
      Y otra cosa,si ella es tan buena madre, porque tiene el padre la custodia?

      1. Entre otras cosas, durante una estancia en una cabaña en el campo en la que pernoctaron tres mujeres (una de ellas Juana Rivas) y un hombre, Daniel fue víctima de un abuso sexual. Nunca se llegó a encontrar al posible abusador, pero ella mostró un gran interés para que se parara la denuncia que pusieron los pediatras del Virgen de las Nieves. Según el juez Piñar que intervino en el proceso, las condiciones en la que vivían sus hijos eran lamentables.

Responder a María Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. No se utilizan sus datos para ninguna actividad comercial.   
Privacidad