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Ante el bombardeo mediático de la libertad de elección en la infancia, el “SI” de un menor no es igual que el “SI” de un adulto respecto a la sexualidad
Los pederastas pretenden equiparar la curiosidad exploratoria sexual del menor con la necesaria madurez sexual y emocional para tener sexo con cualquiera
Estamos frivolizando la sexualidad. Hemos transformado una de las facetas más hermosas de los seres humanos en una conducta puramente animal e instintiva. Incluso en una relación puramente genital. Se necesita escuchar la expresión “te quiero” porque en la sexualidad, más allá de la necesidad puramente instintiva, existe un profundo deseo de mutua pertenencia y de entrega.
Con esta frivolidad, estamos educando a nuestros hijos e hijas en una visión puramente genitalizada de la sexualidad. Esta educación será fuente de promiscuidad (ya lo es) con el consiguiente incremento disparado de las Enfermedades de Trasmisión Sexual (ya se ha producido); se utilizará el aborto sin límite de plazos- bajo el pretexto de un derecho de las mujeres- como un anticonceptivo más – cuándo no deja de ser un crimen a partir de un determinado mes de embarazo, se diga lo que se diga. Esto ya es una realidad con los embarazos no deseados en adolescentes cada vez más jóvenes.
Estamos creando un caldo de cultivo favorable para que nuestros hijos e hijas puedan ser presas fáciles de los pederastas, extraordinarios seductores y manipuladores de las mentes infantiles. Menores con sus sentimientos y sus necesidades de afecto y, por tanto, propicios a las palabras melosas y promesas engañosas de los adultos, la mayoría de la veces sin escrúpulos y, otras, convencidos de que no ocasionarán daño alguno a los niños y niñas seducidos.
A continuación os dejo la experiencia de una mujer que fue abusada sexualmente por un pederasta cuando tenía 10 años. La recoge un pedófilo partidario de la abstinencia.
Historia de una niña abusada a la edad de 10 años
El gran problema con los argumentos “a favor del contacto” es que cualquier razonamiento del adulto NUNCA LOGRARÁ ver la situación a través de los ojos del niño …
“Nunca me lastimó físicamente. En realidad, ¡me trató muy bien! No quiero odiarlo por lo que hicimos. Se sintió bien en ese momento, y acepté. Pero tenía 10 años, así que realmente no sabía lo que estaba sucediendo. Sigo pensando en el pasado.
Me gustó su atención y quería que pensara que yo era especial. Yo era una niña muy vulnerable. Ansiaba ser valorada. La forma en que me trató me hizo sentir importante. Ningún otro adulto era así.
El sexo no era algo que estaba buscando. Quiero decir, en ese momento tenía sentimientos sexuales, y tenía curiosidad por eso. Y al principio, todo lo que hicimos fue un poco de burlas sexuales, cosas como las que vi en la televisión. Pero, lo llevó a un nivel que no tenía idea. Se convirtió en sexo entre nosotros.
No tenía palabras sobre cómo me sentía, y no estoy segura de poder decirlo ahora. Pero, sé que mi vida cambió en ese momento. Algo fue diferente, y me seguía a todas partes, en la escuela, en casa. Es como si él y yo juntos comenzáramos a dominar todo mi mundo. Fue intenso.
En realidad, me sentí orgullosa a veces. Pensé que me hacía especial en comparación con otras niñas. Pero también fue confuso. Seguía diciéndome que era nuestro secreto, y sabía que así debía ser. Sabía que otros se enojarían si se enteraban.
La otra cosa que me molestó fue que sentí que me estaba agotando. No sé cómo decirlo. Sabía que las partes privadas y el sexo eran importantes. Era para las personas que se enamoran y para hacer hijos. Pero era como si eso me sucediera ahora, a los 10 años. Y entonces me sentí poseída o agotada. Como si esto ya fuera mi futuro.
Otra cosa era que siempre me sentía desnuda a su alrededor. Le dije que estaba avergonzada, pero él dijo que era normal por amor y que se iría. Pero, me hizo sentir distante de mis padres y el abuelo, porque todo era muy diferente entre él y ellos.
Le pregunté si nos casaríamos. Dijo que lo haríamos, y yo le creí. Eso me hizo sentir mejor por un tiempo.
Finalmente, él estuvo fuera de mi vida. Fui a la escuela secundaria y cambié mi horario para no tener muchas oportunidades de verlo. Nos vimos unas cuantas veces más, pero luego se alejó. La última vez que nos vimos me dijo que siempre me amaría, pero eso me dolió más, porque ahora se había ido y nuestro secreto especial había terminado.
Después de eso, sentí que me estaba hundiendo. Empecé a tener pesadillas y tuve muchos problemas en la escuela. Tenía este sentimiento de vacío. Pensé en encontrar a otro hombre para tener otra relación. Todos los otros niños parecían estar bien sin tener sexo, y me preguntaba por qué no se sentían como yo.
Además, la sexualidad y el sexo siempre estuvieron en mi mente. Todos esos sentimientos no desaparecieron simplemente cuando el se marchó. Empecé a mirar pornografía siempre que podía. Después con un par de años más de edad, no fue difícil encontrar contactos. Había muchos tipos que querían tener sexo conmigo. Ya estaba acostumbrada y me hizo sentir especial nuevamente.
Lo gracioso es que me hizo popular en la escuela durante aproximadamente un año. Pero después de eso fui la puta sucia. Las chicas pensaban que yo era basura, y los muchachos me evitaban o avanzaban. Cuando tenía una relación, generalmente significaba sexo la primera noche.
En la escuela hablaban de abstinencia y sexo seguro, y en la iglesia decían cosas como ser puro y usar un anillo de promesa. Llevé uno de esos anillos por un tiempo, pero era una broma. ¿Cómo un anillo hará que las cosas sean diferentes?
Al final de mi adolescencia, finalmente me di cuenta de que el sexo no era de lo que se trataba. Quería una relación real con alguien. Quería que alguien me abrazara, se preocupara por mí y me hiciera sentir especial. Pero para entonces, ningún buen tipo me quería. Me sentí como un auto usado. Como si debiera grabar mi informe de Experiencia Sexual en mi espalda.
Ya me venía cortando desde la secundaria. Intenté suicidarme en mi último año. No tomé toda la botella de píldoras, porque realmente no quería morir. Solo quería estar en otro lugar.
Mirando hacia atrás, lo que destaca es que siempre dijo que me amaba. A veces me hace llorar, porque de alguna manera lo añoro. A veces lo añoro mucho.
Pero no estoy seguro de que sea a él a quien añoro.
Ahora entiendo lo que se supone que es una relación real. ¡Era una maldita niña de 10 años! Todo lo que conocía eran las princesas de Disney y quería ser una.
Añoro a esa pequeña niña. Añoro ser una princesa.
Solía llamarme su princesa, pero eso es lo que me robó. Siempre decía que le gustaba mi “sonrisa torcida”. Pero no he sonreído desde entonces.
Qué montón de mierda era el que me amaba. Se estaba complaciendo a sí mismo. Lo menos que pudo haber hecho fue pagarme, pero yo pagué el precio. Si me quisiera, no habría hecho lo que hizo.
Lo odio, pero es difícil, porque sé que no quería que me pasara toda esta mierda. Pero, ¿qué estaba esperando? ¿Se suponía que debía irme y ser una joven adulta responsable después de que él le quitó la ropa a una niña de 10 años?
Me ha llevado años poder decir esto: sé que dije “Sí”, pero no fui suya para tocarme. Él puede ir al infierno. (Fuente: christianpedophile.com)”
Impactante. Como yo lo veo, habiendo tenido a mis 4 años mi primer despertar sexual cargado de adulta ninfomanía macro fálica, con la cual siempre me sentí bien y bendecido, digo, que no fue malo pero fue incidental. Mucho depende del resto de tus energías y entorno; ¡de la suerte!.
No le recomendaría a alguien imprimir en el quore lo gestual erótico adulto y aumentado, en la niñez.
Todo tiene su tiempo y las cosas no son mejores llevadas a cabo en la infancia. Quienes estudian de adultos así aprecian la educación, por encima de casi todo niño.
El hecho de la curiosidad y deslumbramiento que en la infancia tenemos, y de la transición desde probar algo, sin saber de inmediato si gusta o no, pero sin que perturbe nuestras emociones infantiles, no es lo que un niño está sintiendo según su sexualidad, a la que aún no se le puede pedir que responda nada sobre gustos y necesidad.
No se toma en cuenta como un anulador para realmente poder decir SI, o NO, como todo un individuo.
Me perturba que ciertos argumentos no sean aplastados de inmediato.
El Placer va más allá de lo sexual, y en la infancia lo conseguimos pero sin tener magnetismo hormonal. Sin esta marca distintiva NO de pulsión sexual, sino de Libido, claramente el pedófilo se está excitando por algo que no irradia sexualidad, que no busca lo mismo que él.
Te aprovechás de que está la curva exploratoria, pero terminan generando apegos emocionales, los cuales ellos mismos no buscaban ni iban a cuidar. Como si todo dependiese de que el sexo y el contacto físico le guste al niño. Ellos no entienden que los niños tienen corazón. Pena de Muerte.
En el anteúltimo párrafo que comienza con “El Placer”, hago una corrección:
“El Placer va más allá de lo sexual, y en la infancia lo conseguimos sin tener magnetismo hormonal. Sin esta marca distintiva, el pedófilo se está excitando por algo que no irradia sexualidad, y que no busca lo mismo que él.”
Un abrazo grande de CABA,