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Los políticos pretenden que, con el paso de los días, las aguas vuelvan a su cauce, y que el caso de la red de prostitución de menores en las Islas Baleares caiga en el olvido
Si no fuera por las fuerzas de seguridad de este país, la irresponsabilidad y negligencia de los políticos, y sus cargos intermedios, nos llevarían a la Sodoma y Gomorra bíblicas. Puede que esta aseveración les pueda parecer apocalíptica e hiperbólica a muchos de los que lean este post, pero es tal el deterioro social y político que lentamente se está produciendo que cualquier cosa es posible.
No cesaré de denunciar la caradura de los políticos mallorquines que, a pesar de haber cometido el mismo delito que muchos de los padres a los que les retiran sus hijos, mantienen un relato de los hechos que no puede producir más que nauseas en quienes los escuchan. Me estoy refiriendo a esa red de prostitución descubierta a raíz de la violación grupal de la menor de 13 años. Porque estamos ante una red construida por adultos españoles y extranjeros que facilitaban a otros adultos las menores en protección por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales.
No sé si será verdad lo que cuenta la menor de 13 años, como el hecho de meterla en una habitación en donde los hombres hacían cola para acostarse con ella; no sé si será verdad que la madre lo puso en conocimiento del Servicio de Atención a la Familia de la Policía Nacional, que no hizo nada. Lo que sí es cierto es que esta red de prostitución era conocida por la policía y los trabajadores sociales, que fue denunciada en reiteradas ocasiones y que el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales no hizo nada. Es tercermundista, propio de una sociedad enferma, y digno de un castigo ejemplar, que los responsables no tomaran medidas aún sabiendo que en algunos centros todas las menores estaba prostituidas y que en muchos de ellos convivían víctimas y victimarios.
Los proxenetas confluían en una serie de puntos en donde realizaban sus negocios de prostitución infantil: La Plaza de España, la Estación Intermodal, alrededores de la Plaza de Madrid, algunos bares de la zona, varios pisos en los barrios marginales Camp Redó y Son Gotleu en donde se producía la compraventa.
Era un secreto a voces frente al que nadie hacía nada. Esta inacción es un fiel reflejo del deterioro social y político hacia el que todos nos encaminamos. Nuestra conciencia como ciudadanos no se conmueve lo más mínimo. ¡No va conmigo!, como suele decirse, hasta que nos toque, pidamos socorro y no acuda nadie.
¿Cómo no reaccionan con vigor los políticos, los jueces, la policía y la sociedad en su conjunto, del adormecimiento que supone presenciar que unas menores, en protección por los servicios sociales al haber sido víctimas de abusos en su entornos familiares, ahora son doblemente victimizadas por una sociedad sin escrúpulos?. ¿Qué debe suceder para que, como ciudadanos, nos sintamos afectados?
Este asunto presenta dos niveles de responsabilidad. Una sociedad que conocía lo que estaba sucediendo y no hizo nada. Es el momento de reflexionar y “per fer s’ho mirar“. De otra parte, la política, que debe asumir responsabilidades. En política no valen los actos de constricción sin penitencia. Y la penitencia siempre debe ser la dimisión de aquellos que sabemos que son responsables. Es la reparación mínima de daño que adeudan a todas esas menores que estaban bajo su guarda y custodia. Aquí no valen, ni las palabras que buscan reducir responsabilidades, ni lanzamiento de balones fuera a través de comisiones que no terminan de decidirse o que nunca resuelven nada. ¡A sus casas y … es poco!. No es un asunto de partidos políticos, es un asunto de cargos políticos que han incumplido gravemente sus obligaciones.
¿Quiénes son los responsables, sea por omisión, negligencia o culpa in vigilando y/o in eligiendo?. Aquí están:
Francina Amengol. Presidenta de la Comunidad (PSOE).
Fina Santiago. Consejera de Asuntos Sociales (Podemos).
Javier de Juan. Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (PSOE)
María de los Ángeles Fernández Valiente. Directora de Infancia y Familia (PSOE). Y por supuesto, investigar a su marido D. José Hila, del PSOE, ya que gran parte de los hechos se han producido en la localidad en donde él es alcalde.
¡Qué sabemos de la red?. Pues conocemos que dos españoles, un ecuatoriano y una ecuatoriana, un guineano y un dominicano actuaban como proxenetas.. ¡A tirar del hilo y que salgan todos y todas!. No les vendrían mal unos cuantos años de constricción en la cárcel. Otra cosa es que se consiga el propósito de la enmienda.